Jiménez Villarejo dice que los problemas sociales no son determinantes en el consumo de narcóticos
"No habría que dar tanta importancia a los desajustes sociales, que provocan comportamientos desviados, en relación con la difusión o el consumo generalizado de droga. Los estudios sociológicos demuestran que sólo una baja proporción de consumidores manifiesta haber empezado por desacuerdos con la estructura social, mientras que la mayoría dice que empezó a consumir por pasar el rato, porque lo hace todo el mundo o por ansia de tener una nueva experiencia. Parece que la agresión de la oferta tiene más importancia que las circunstancias sociales del consumidor y por eso yo creo que hay que ser implacables con el tráfico de droga, igual que no me parece que deba ser perseguido su consumo", ha dicho a EL PAIS José Jiménez Villarejo, nombrado recientemente fiscal especial para los delitos relacionados con el tráfico de droga.
Jiménez Villarejo basa su desacuerdo con la habitual relación causa-efecto entre droga y delincuencia, aunque reconoce que "la crisis económica y social es un caldo de cultivo favorable para el consumo", en investigaciones llevadas a cabo en países como Francia, donde estudios hechos entre jóvenes heroinómanos ponen de manifiesto que el 75% de los adictos atribuye esta condición a una entrega gratuita que recibieron de consumidores habituales.El plan global de lucha contra el tráfico de droga está, según el titular del nuevo puesto, en fase de elaboración. Cuando el Gobierno lo presente al Parlamento se pondrá en marcha un contexto general, en conexión con todos los organismos que deban actuar en la prevención y lucha contra la droga. El fiscal añade que, pese a que ha habido siempre "cierta descoordinación" entre la Policía y la Guardia Civil, y la autoridad judicial y el ministerio fiscal; han estado a la espera de las investigaciones policiales. Ahora se pretende que la coordinación sea lo más grande posible y que "las investigaciones sobre el tráfico ilegal de drogas estén centralizadas y planificadas, para que pueda haber frutos definitivos, aunque esta palabra sea demasiado ambiciosa".
Montaje político
"Sé que se dice que la creación de la figura de un fiscal especial para la lucha contra la droga es un montaje político con el que el Gobierno pretende dar una respuesta de urgencia al malestar existente por la inseguridad ciudadana", responde Jiménez Villarejo cuando se le pregunta sí el fiscal antidroga no es una figura falsa, en un país no muy caracterizado por el funcionamiento de una policía judicial."Pero yo estoy decidido", añade, "a que estas predicciones no se cumplan. Y creo que cuento, sin duda, por una parte con la colaboración del Gobierno y un compromiso serio de dotarme de medios personales, materiales y económicos, y, por otra, con la disciplina de los Cuerpos de Seguridad y con la obediencia de la Policía y de la Guardia Civil".
No obstante, Jiménez Villarejo recalca que "mi actuación está limitada por mi propia condición de fiscal y no podrá ser eficaz si no se entiende que yo soy una pieza en una envergadura mucho mayor, como es la operación gubernativa de lucha.contra la droga, que debe ir acompañada por una acción preventiva de gran alcance, que incluya la educación de lajuventud y la población en general en la salud, la rehabilitación posterior y la información en los ámbitos escolar y familiar. No quiero que se piense que yo, por arte de magia, voy a solucionar un problema de alcances nacional e internacional".
No quiere el fiscal antidroga que se confundan sus funciones, que define como "la lucha contra el tráfico ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o psicotrópicas", con otras obligaciones. "Ni me competen aspectos curativos, rehabilitadores o educativos ni soy funcionario de Instituciones Penitenciarias", afirma. Tampoco "me hace ninguna gracia" que, esta semana, el diario Il Messaggero le haya comparado con Dalla Chiesa, "porque se lo han cargado, ¿le parece poca razón?"
Jiménez Villarejo concede especial importancia a los programas de rehabilita ción de drogadictos, sin lo cuales "todo lo que se haga en terreno de la represión está condenado al fracaso. No podemos renunciar al Derecho Penal", añade, "pero, normalmente, su aplicación soluciona pocas cosas". José Jiménez Villarejo dice no te ner datos sobre la implicación de miembros de los Cuerpos de Seguridad en la difusión de la droga difundidas por la Prensa, como el caso de "ese magistrado que tenía una cierta implicación con organizaciones dedicadas al tráfico. La lucha contra las organizaciones mafiosas no puede ser paralela al comportamiento de ellas mismas, ya que no se combate a la Mafia con formas fletadas desde la propia Mafia. El Estado debe luchar inteligentemente y con sus propios mé todos. Esto está absolutamente claro y, si no es así, el poder político pierde toda legitimidad".
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