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Reportaje:Las consecuencias de la expropiación de Rumasa

El financiero jerezano se entrevistó ayer con su abogado en la cárcel de Preugensheim

Las condiciones de encarcelamiento de José María Ruiz-Mateos, el fundador de Rumasa, preso en la cárcel de Preugensheim, en Francfort (República Federal de Alemania), parecen haber mejorado: ayer volvió a recibir la visita de su esposa, Teresa Rivero, y de su hija Begoña durante 45 minutos, estuvo casi hora y media con sus abogados españoles, Crispín y José Luis de, Vicente, y también se entrevistó con dos letrados alemanes.El día de ayer fue de continuas idas y venidas en Preugensheim. El número de visitantes normales fue más reducido, pero Ruiz-Mateos se entrevistó con seis personas: su mujer, su hija y cuatro abogados. Un minuto antes de las ocho de la mañana, hora prevista para el comienzo de las visitas, llegaron en un taxi los abogados españoles Crispín de Vicente y su hijo José Luis.

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Los abogados españoles llevaban permisos como visitantes ordinarios y el director de la cárcel, Ernst Klüsseler, quería que el juzgado aclarase las condiciones en que se efectúan las entrevistas con Ruiz-Mateos. Klüsseler declaró que la primera entrevista con la familia, el jueves, tuvo lugar sin testigos, sin la presencia de funcionarios de prisiones. La fiscalía no parece satisfecha con este sistema y aquí existen discrepancias entre fiscal y jueces, por lo que el director de la cárcel quería aclarar este punto.

Al presentarse los abogados españoles con un permiso de visita ordinario, la dirección de la cárcel optó por no permitirles la entrada hasta que no llegaron, a las 11.30 de la mañana, con un nuevo permiso del tribunal que se ocupa del caso Ruiz-Mateos.

En el intervalo, a las 10.20, llegó en un taxi la esposa de Ruiz-Mateos, Teresa Rivero, con su hija Begoña. Su actitud fue la misma del día anterior: no pronunciar una palabra. Entraron rápidamente, sin pasar por la sala de espera, y el vigilante no las hizo esperar nada, en contra de la práctica habitual. Permanecieron tres cuartos de hora en el interior de la cárcel.

El director de la cárcel, Klüsseler, explicó que el día de la primera visita de la familia acudió al pabellón de visitantes y advirtió a los vigilantes que agilizasen los trámites de entrada para evitar que los parientes de Ruiz-Mateos sufriesen el acoso de los periodistas, que "se movían por allí como buitres, y ya sabemos cómo es la Prensa. Además, los visitantes no querían fotografías". Sobre la larga duración de la primera visita, Klüsseler explicó que se tarda mucho tiempo en los controles y que no todo el período dentro es de visita. Sobre las condiciones de encarcelamiento explica que es natural que tenga una celda individual, "porque se trata de un señor mayor".

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