Javier Moscoso

ministro de la Presidencia, figurará en breve en el libro Guinness de los récords como el ciudadano al que menos tiempo le ha durado nuevo un coche oficial, puesto que ayer estableció la plusmarca en 8 kilómetros, distancia aproximada que hay desde su despacho de la Moncloa al Club Internacional de Prensa. El ministro se subió por primera vez a un magnífico Opel Senator, con 151 kilómetros de vida, que les han prestado a los conductores para que se habitúen a llevarlos, mientras llegan los vehículos blindados con que contarán los miembros del Gobiemo, y se dirigió hacia el lugar de la comida que tenía con un grupo de periodistas. En mitad del almuerzo, entró demudado un conserje preguntando si un coche verde claro con matrícula de Zaragoza era de alguno de los presentes. Ante la respuesta afirmativa, el ordenanza comentó: "Pues lo acaban de aviar". Un caco había roto el cristal de una ventanilla para intentar llevarse la radio del automóvil, valorada en 150.000 pesetas, mientras los dos policías de escolta se habían retirado tranquilamente a comer. Cuando el titular de Economía, Miguel Boyer, hablé de la necesidad de coches blindados para guardar la seguridad de los altos cargos jamás se imaginó hasta qué extremos ésta podía estar amenazada. A Javier Moscoso ya le habían robado en una ocasión en el interior de su coche oficial.