Felipe González sugiere en Bilbao un giro en la política autonómica
El presidente del Gobierno admitió ayer en Bilbao la posibilidad de imprimir un giro a la política autonómica seguida por su Gabinete, al afirmar que el proceso de transferencias "no tiene que hacerse con fotocopiadora". Esta declaración de Felipe González se produce tras los resultados electorales registrados en Cataluña y el País Vasco, claramente negativos para los socialistas, y 24 horas después de que Jordi Pujol y Carlos Garalkoetxea reclamaran al Gobierno un cambio profundo en la forma de conducir el desarrollo del Estado de las autonomías.
En sus primeras declaraciones tras el revés electoral sufrido por los socialistas el domingo en Cataluña -precedido de otra derrota en febrero en las elecciones vascas-, Felipe González comenzó por negar que los resultados electorales vayan a suponer cualquier viraje en la política del Gabinete socialista. Pero acto seguido Gonzílez afirmó que las autonomías no deben reproducirse como fotocopias y subrayó que la organización del Estado contemplada en la Constitución supone "una estructura diversificada, aunque sin discriminaciones".La política autonómica que se apunta en esta afirmación supone, a pesar de la negativa del presidente sobre posibles cambios en la trayectoria de su Gobierno, el reconocimiento del hecho diferencial y una revisión profunda de la política autonómica igualitaria -el café para todos- propugnada por los socialistas ya desde la oposición.
A la vista de los resultados catalanes y vascos, Felipe González rectificó asimismo posiciones mantenidas hasta el momento sobre la configuración del mapa político español. La estrategia socialista desde antes y después de las elecciones legislativas de 1982 ha sido la de potenciar el bipartidismo, operación plasmada en el otorgamiento a Manuel Fraga del estatuto de líder de la oposición por gestión muy directa de Felipe González. Ayer, el secretario general del PSOE admitió que las operaciones de centro que ahora parecen delinearse podrían indicar "que aquí la derecha no va a ganar ni de broma", e invitó a proseguir con tales operaciones "si ello va a significar una consolidación de la democracia".
Felipe González admitió también que puede plantearse una remodelación del Gobierno, aunque no a corto plazo, y negó que tuviera nada decidido ni en cuanto al contenido de los cambios ni en cuanto a la fecha de los mismos. El presidente eludió una pregunta sobre los posibles efectos negativos de la presencia de Guerra en la campaña electoral catalana.
Por otra parte, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, visitó ayer la Feria de Abril de Barberá del Vallés, un enclave de Andalucía en Cataluña.
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