Una despedida gris
Una primera de Shostakovitch, bien planteada y con intervenciones solistas sobresalientes -trompeta, oboe, clarinete, violines, violonchelo, percusiones...no fue suficiente para compensar el aburrimiento y la zozobra que dominó la primera parte de este concierto que convendrá olvidar cuanto antes. Con él terminaba su temporada la Orquesta Nacional y no lo hizo precisamente en triunfo.Abriendo la sesión, Ioannidis ofreció su Metaplasis B sin conseguir prender en los músicos ni en el público: la grisura de la versión que iba a quedar en el término medio entre el fiasco del concierto brahmsiano y la corrección de la sinfonía de Shostakovitch.
Enfermo Vakarelis, su actuación fue sustituida por la de la pianista Evnouhidou, y el anunciado Concierto nº 2 de Saint-Saéns por el Concierto para piano y orquesta número 1 de Brahms. El accidente no puede justificar la ínfima calidad del producto, que anduvo por debajo de lo que una orquesta debe dar aun en el primer ensayo.
Orquesta Nacional de España
Metaplasis B (Ioannidis); Concierto para piano y orquesta nº 1 (Brahms) y Sinfonía nº 1 (Shostakovitch). Domna Evnouhidou, piano. Director: Yannis Ioannidis. Teatro Real, 28 de abril de 1984.
Ioannidis movió la batuta -pues no dirigió-, la orquesta tocó desajustada, sin convicción, con sonido grosero y alguna pérdida ostensible y la pianista hizo la guerra por su cuenta, encontrándose de tarde en tarde con los demás. La música brilló por su ausencia.