El 'segundo pilar' de la Alianza Atlántica

Nadie pone en duda que durante mucho tiempo la defensa de Europa dependerá de EE UU, y especialmente de sus armas nucleares. Se trata de reducir esta dependencia. Los europeos no quieren perder la oportunidad de favorecer a sus propias industrias en una época de crisis económica. Pero no hay un foro europeo totalmente válido. Por ejemplo, la CEE no tiene competencias en materia de defensa, y en su seno está la neutral Irlanda, no integrada en la OTAN. Noruega está en la OTAN, pero no en la CEE. Es dificil, pues, ponerse de acuerdo sobre el marco adecuado.Francia, Italia, el Reino Unido, la República Federal de Alemania (RFA) y los tres países del Benelux forman la UEO, cuyo origen es el Tratado de Bruselas de 1948, luego modificado en 1954, tras el fracaso de la Comunidad Europea de Defensa. La UEO fue creada para permitir el rearme alemán tras la segunda guerra mundial. Su actividad, sin embargo, ha sido muy limitada.

Los ministros de Asuntos Exteriores francés y belga, Claude Cheysson y Leo Tindemans, respectivamente, se han pronunciado abiertamente en los últimos días a favor de la revitalización de la UEO. Pero para Tindemans la UEO "no puede ser un sustitutivo para una acción de los diez, ni es una operación que pueda concebirse o llevarse a cabo fuera de la OTAN". Tindemans ha expresado temor ante un alejamiento de Estados Unidos de la defensa de Europa occidental.

Los ministros de Asuntos Exteriores de la UEO se reúnen en sesión ordinaria el 23 de mayo. Pero lo importante llegará en el otoño con la reunión en Roma, que ya se está preparando, de éstos y de los ministros de Defensa de los siete países. Así se celebrará el 30º aniversario de la UEO.

La revitalización de la UEO ha venido de la mano de Francia y a través de una decena de reuniones secretas en Londres entre los ministros de Defensa británico, francés y alemán. El ministro de Defensa italiano, Giovanni Spadolini, presentó, en marzo, en Bruselas un proyecto para revitalizar UEO al jefe de las tropas de la OTAN en Bruselas, el general norteamericano Bernard Rogers.

Los más escépticos respecto al futuro de la UEO son los británicos y los holandeses, interesados, sin embargo, en los proyectos concretos de colaboración armamentística.

Detrás de esta operación, está, entre otras, la intención de no pagar a través de las compras europeas de armamentos a EEUU el desarrollo de la tecnología de punta norteamericana.

Según publica La Lettre Européenne, son ya unos 50 los proyectos concretos de armas sobre los que se han centrado las reuniones secretas de la UEO. Casi todos son franco- alemanes, pero en otros intervienen el Reino Unido e Italia. Pero este tipo de cooperación armamentística puede consagrar una Europa a varias velocidades, tendencia que parece afirmarse en otros campos.

Película del Eurogrupo

El Eurogrupo, que reúne en su seno a los países europeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con la excepción de Francia e Islandia, ha preparado ahora una película, que examinarán los ministros de Defensa en su reunión del 15 de mayo en Bruselas, destinada a familiarizar al público norteamericano con la contribución de los europeos a su propia seguridad. Pues si se apunta hacia una europeización de la defensa de Europa, los europeos tienen miedo de espantar a Estados Unidos y a su opinión pública. "Si se pusiera en marcha un movimiento que pusiera en peligro el lazo transatlántico, serían los propios europeos los que lo pararían", consideró un diplomático europeo en la OTAN.

Otro tema del Eurogrupo será la llamada two way street o calle de doble sentido. Los europeos que se abastecen en una importante medida en el mercado de armas norteamericano quieren que Estados Unidos compre más a Europa. Desde 1982 ha habido una serie de propuestas norteamericanas en este sentido, entre ellas la iniciativa del secretario de Defensa Caspar Weinberger. Para algunos europeos, todos estos gestos norteamericanos tienen un punto en común: el mantener la autonomía militar norteamericana. Frente a ella, en este campo, recordaba un diplomático en la OTAN, no existe un verdadero centro decisor europeo.

Así, se cita el ejemplo del avión Tornado, que comenzó como un proyecto europeo en el que al final sólo quedaron el Reino Unido, Italia y la República Federal de Alemania (RFA), los únicos compradores de un aparato que tuvo que rivalizar con los estadounidenses o franceses.

Por otra parte, el Grupo Europeo Independiente de Programas (GEIP), foro semiformal en el que participan esta vez, salvo Islandia, todos los países de la OTAN, incluidos España y Francia (fue de hecho para permitir su presencia en un marco de este tipo por lo que fue creado en 1975), logró el 3 de abril en La Haya ponerse de acuerdo para dar una respuesta común a Weinberger. Hay que esperar que se entre en detalles más concretos. Pero es una primera comprensión común del problema, y un punto de partida para que debatan el tema los ministros competentes.

Tecnológicamente, los europeos podrían hacer más de lo que hacen, pero es difícil con tantas capitales de por medio.

Buen ejemplo es lo ocurrido recientemente con la "fragata de los años noventa". El 10 de abril, la Conferencia de Directores Nacionales de Armamentos de la OTAN anunció prematuramente un acuerdo de ocho países sobre un "memorándum of understanding" referente a un estudio de viabilidad para construir una fragata común. España -que dirige el proyecto- Canadá, Francia, el Reino Unido, Italia, la RFA y Holanda habían firmado. Pero el octavo país, Estados Unidos, en el último momento decidió no firmar. El Pentágono estaba preocupado por la transferencia de tecnología hacia Europa que supondrá este proyecto, y quiere, además, una mayor participación de la industria norteamericana. Los otros siete están revisando su postura y harán una nueva oferta a Washington. La relación sigue siendo desigual. Pero este proyecto simboliza la cooperación transatlántica en el terreno de la industria armamentística.

Más allá del puro interés pecuniario e industrial está asimismo el deseo de preservar o fomentar la distensión con el Este. Pero "no se pueden lograr grandes proyectos en materia de política de defensa de Europa", señaló un año atrás el ministro francés de Defensa, Charles Hernu, "si no se pueden hacer avanzar propuestas realistas y razonables". Habrá que esperar algo más concreto.