El partido socialista intentará que se flexibilice la política económica para lograr un futuro pacto
El Partido Socialista Obrero Español intentará convencer al Gobierno de que flexibilice su política económica para lograr un futuro pacto social entre sindicatos y patronal. Flexibilidad que no está tanto en el contenido de la política seguida hasta ahora -que el PSOE apoya y comparte- cuanto en la forma de su presentación y en detales puntuales. Las negociaciones abiertas por el PSOE con centrales y empresarios, en la búsqueda de un acuerdo -preferiblemente a dos años- que libre de crispaciones las relaciones laborales, se reiniciarán, posiblemente, la próxima semana. El PSOE mantendrá en paralelo reuniones con los partidos de la oposición para asumir parlamentariamente los compromisos que pudieran darse entre el Gobierno y los interlocutores sociales.La prevista ronda de negociaciones adquirirá una nueva dinámica. Por un lado, el PSOE intentará que sindicatos y patronal comiencen sus propios encuentros, encaminados a lograr un pacto, preferiblemente a dos años, mientras, por su parte continuará sus contactos con los partidos de la oposición.
La intención del PSOE es que el futuro pacto tenga un contenido mayor que el que se preveía en el frustrado acuerdo salarial de 1984. El partido socialista parte de la convicción de que este año el acuerdo no ha sido posible, entre otras razones, por las escasas contrapartidas que se aportaron en la negociación. Y en esta línea, su idea es que el Gobierno dé a sindicatos y a patronal elementos que hagan más atractivo el pacto.
No obstante, fuentes socialistas reconocieron que, posiblemente, las primeras dificultades habrían de surgir de determinadas áreas del Gobierno que han mostrado su absoluto rechazo a modificar un solo ápice la política económica. Aunque en el PSOE existe también la convicción de que la política económica del Gobierno es la adecuada, por otro lado se cree que ésta podría presentarse en forma más flexible, y que hay capítulos del propio cuadro macroeconómico susceptibles de negociación.
Los Presupuestos Generales del Estado serían uno de los elementos en los que habría que mostrar una cierta flexibilidad. Como también lo sería la instrumentalización de mayores facilidades para que los empresarios pudieran acudir al crédito privado, la reforma de la Seguridad Social o el tratamiento del déficit público. Los acuerdos que en esta materia pudieran lograrse entre Gobierno, sindicatos y patronal habrían de tener su reflejo parlamentario, razón por la que el PSOE mantendría en paralelo su propia negociación con los partidos de la oposición.
Por otra parte, el PSOE intentaría que el Gobierno pusiera un menor énfasis en la política salarial, sobre todo cuando existe el convencimiento de que la moderación lograda en este año ha sido suficiente para lograr los objetivos del Gobierno y cuando, a su juicio, la excesiva presión del Gobierno ha sido una de las principales causas de la conflictividad.
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