El difícil camino hacia China
(...) Hace 35 años, el Partido Republicano sostenía que China se había perdido para el mundo libre, acusaba a sus contrincantes demócratas de insensatez en este punto, e incluso se habló de traición. Cuando Richard Nixon hizo las paces con la China de Mao, en 1972, también algunos republicanos se sintieron traicionados. Esta disidencia se vio incrementada cuando Jimmy Carter normalizó las relaciones diplomáticas y consiguió la aprobación del acta de relaciones con Taiwan en 1979. (...)Ronald Reagan advirtió entonces que tal normalización podría "resultar desastrosa no sólo para Taiwan, sino también para Estados Unidos". Cuando aún era candidato a la presidencia, indicó cuidadosamente que él preferiría tener relaciones oficiales con Taiwan. (...)
Deng Xiaoping, el septuagenario reformador de China, mantiene una política tan antisoviética como alejada de la seguida por Estados Unidos con respecto a los países no alineados. Intenta, al mismo tiempo, una apertura de China hacia el mundo, a la vez que deja entrever pragmáticas ofertas de paz hacia Taiwan y ofrece una autonomía capitalista para Hong Kong cuando esta colonia acceda a la independencia. (...)
La estancia de cuatro días de Ronald Reagan en China le permitirá una oportunidad de conseguir un acuerdo útil, realzado con gestos prácticos, como, por ejemplo, conseguir que las compañías norteamericanas puedan colaborar con China en el desarrollo de usos pacíficos de la energía nuclear. Al mismo tiempo, puede servir para cerrar un amargo capítulo si se hace saber que la política norteamericana con respecto a China es, por fin, estable y fiable.
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