La policía retuvo a cuatro agentes del Cesid que regresaban de una misión secreta en Burdeos

Cuatro agentes del espionaje español, pertenecientes al Centro Superior de Información para la Defensa (Cesid), fueron retenidos por la policía el pasado miércoles 18 de abril en la estación madrileña de Chamartín, cuando regresaban por ferrocarril de la localidad de Burdeos (suroeste francés), donde presumiblemente habían estado realizando una misión secreta, cuyo contenido se negaron a revelar a este periódico fuentes del Ministerio de Defensa. Los espías españoles, entre los que se encontraba una mujer, fueron puestos en libertad una vez que el Cesid confirmó sus respectivas identidades.

La policía española, concretamente funcionarios de la Brigada Móvil, que realizan misiones de vigilancia en el interior de los ferrocarriles, tuvieron conocimiento en Irún, donde inician sus servicios, que cuatro personas de nacionalidad española subieron en la estación de Burdeos, a las 0.22 horas del miércoles 18, al tren Talgo que enlaza París y Madrid, con dirección a España.Estas cuatro personas exhibieron documentación y pasaportes españoles, todos ellos con diferentes domicilios, y ocuparon un compartimiento de cuatro camas, para el que habían obtenido previamente un pasaje cuyo importe era de 29.000 pesetas.

La presencia de una mujer en un mismo compartimiento del tren con tres hombres y los diferentes domicilios de sus ocupantes infundieron sospechas a los. policías españoles, que montaron una discreta vigilancia hasta Madrid.

Al llegar el tren Talgo a las 08.55 a la estación de Madrid-Chamartín, los funcionarios de la Brigada Movil solicitaron a estas cuatro personas que se trasladaran a las dependencias policiales de la estación, con el fin de proceder a su identificación. Los cuatro pasajeros, no obstante, recurrieron al Cesid, que envió a las dependencias policiales al capitán de Infantería José Pérez Lorenzo, destinado también en dicho servicio.

Pérez Lorenzo, de 28 años, exhibió su credencial, que lleva el número 317, y se hizo cargo de los cuatro agentes. Una vez identificados, éstos resultaron ser el capitán de Infantería Miguel Galante Serrano, el sargento del Ejército del Aire Sócrates Manuel Parra Monterrubio, el guardia civil Antonio Almirón Agüera y la funcionaria de la Subsecretaría de Defensa María Lourdes Martínez Collado.

El capitán Galante, de 29 años, actualmente en el Cesid, estaba destinado en enero de 1983 en unidades de operaciones especiales de la Escuela Militar de Montaña, en Jaca (Huesca), y posee diplomas en operaciones especiales, paracaidismo, mando de tropas de montaña y carros de combate. El sargento Sócrates Manuel Parra, también de 29 años y destinado en el Cesid, es mecánico especialista en electrónica y posee el diploma de encargado de reparaciones especiales de transmisiones.

Operación secreta

Tanto la policía como el Ministerio de Defensa confirmaron ayer a este periódico lo sucedido, sin darle excesiva importancia. Un portavoz oficial de Defensa negó, sin embargo, que los cuatro agentes españoles hubieran realizado en Francia una misión relacionada con organizaciones terroristas, tanto referentes a ETA como a los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL); se opuso a revelar el objetivo de la operación, que consideró "secreto", y calificó de "normal" que agentes españoles viajen a países extranjeros.

La presencia de agentes del espionaje español en Burdeos ha coincidido con una operación de la policía francesa en esa ciudad contra supuestos miembros de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), organización que ha reivindicado en los últimos cinco meses todos los asesinatos perpetrados en suelo francés contra miembros de la rama militar de ETA residentes en dicho país.