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El presidente Gemayel encarga al líder prosirio Rachid Karame la formación de un nuevo Gobierno

"Dejemos de un lado las armas y comencemos la reconstrucción de un nuevo Líbano, un Líbano de justicia y de igualdad" declaró ayer el líder conservador sunita Rachid Karame, al aceptar el encargo del Presidente Amin Gemayel de formar un Gobierno de unidad nacional. Karame, considerado como el principal aliado de los sirios en el conflicto libanés, deberá llevar a cabo una serie de reformas políticas encaminadas a poner fin a la guerra civil que se desarrolla en este estratégico país desde hace nueve años.

El nombramiento del nuevo primer ministro tuvo lugar tras las entrevistas mantenidas en la noche del miércoles y ayer por el presidente libanés con el propio Karame y el mediador saudí Rafic al Hariri, que llegó a Beirut procedente de Damasco, donde participó en los contactos mantenidos por los líderes de la oposición musulmana libanesa y las autoridades sirias. El Gobierno que propone Karame, quién pidió la cooperación de las demás facciones libaneses, estará integrado por 26 miembros, entre los que se hallan cuatro ministros de Estado, figura que aparece por primera vez en la historia de Líbano.El líder druso Walid Jumblat y el jefe del grupo chiita Amal, Nabih Berri, que con toda probabilidad serán nombrados viceprimeros ministros, así como como el dirigente falangista Pierre Gemayel, padre del actual presidente, afirmaron ayer su voluntad de participar en el nuevo Gobierno.

Chamille Chamun, en contra

Este nombramiento, sin embargo, cuenta con la oposición y crítica del presidente del Frente Libanés (coalición de partidos cristianos) y líder del Partido Nacional Liberal, Camille Chamun, y los jefes de las fuerzas libanesas.

Karame, 62 años, abogado, principal dirigente de Trípoli, importante puerto en el norte del país, ha ejercido el cargo de primer ministro en nueve ocasiones desde 1955. Una de ellas en 1976, fecha de la ruptura entre las fuerzas libanesas cristianas y musulmanas, cuando fue duramente criticado por los sectores cristianos por haberse negado a ordenar la intervención del Ejército en el conflicto y no haberse opuesto a la alianza entre palestinos y progresistas.

En su discurso tras la aceptación del cargo, Karame enunció las líneas generales que seguirá su nuevo Gobierno, entre las que se hallan la retirada de las tropas israelíes del sur de Líbano, el logro de una seguridad real para todos los libaneses y la reestructuración del mando del ejército, la reanudación de los servicios normales del puerto y aeropuerto internacional de Beirut y la liberación de los aproximadamente 3.000 prisioneros-rehenes en poder de las diferentes milicias.'

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Karame apoyó, en diferentes ocasiones, las peticiones de los demás líderes musulmanes para lograr una participación igual en el Parlamento, con mayoría cristiana, y mayores poderes para el cargo de primer ministro, que según el acuerdo nacional de Líbano de 1943 debe ser nombrado entre los líderes sunitas.

Al parecer, el nuevo primer ministro exige la suspensión de todos los decretos aprobados por el Gobierno saliente de Shafiq al Wazan. Según el diario libanés An-Nahar, Karame es partidario de entablar una acción legal contra el general retirado Antoine Lahas, quien dirige actualmente las fuerzas del Ejército del sur de Líbano, bajo control israelí.

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