Pujol afirma que la visita de González pone en evidencia la debilidad del PSC

La presencia hoy, en Barcelona, del presidente del Gobierno, Felipe González, para participar en el acto de clausura de la campaña electoral de los socialistas catalanes, en unos momentos en que los sondeos electorales sitúan a Convergència i Unió (CiU) por delante del PSC en intención de voto, fue interpretada ayer por Jordi Pujol como una muestra de que la fuerza electoral del PSC "ha ido decreciendo con el paso de los días" y de que los socialistas catalanes "no son capaces de aguantar solos la campaña electoral".Jordi Pujol lamentó, en el curso de una visita a Gerona, que la visita de hoy sea la primera de Felipe González a Cataluña en los 18 meses de Gobierno socialista. El presidente de AP, Manuel Fraga, que está participando en la campaña catalana desde el principio como si él fuera el candidato a la presidencia de la Generalitat por la Coalición Popular, opinó en Lérida, por el contrario, que el presidente del Gobierno debería viajar más a menudo por España para conocer las inquietudes de la calle y aseguró que las elecciones autonómicas son un test para la gestión del Gobierno.

Esta última opinión es compartida por el secretario general del PCE, Gerardo Iglesias, que también participa en la recta final de la campaña electoral catalana. Iglesias considera que una derrota de los socialistas tendría consecuencias imprevisibles en el próximo congreso del PSOE e incluso en el mismo Gobierno. El presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional, Alfredo Molinas, se apresuró ayer a expresar su desacuerdo con la visita de Felipe González, señalando que lamentaba que el viaje no fuera en calidad de presidente del Gobierno, sino como secretario general del PSOE para participar en actos electorales.

El viaje de Felipe González a Cataluña tiene, a juicio de los observadores políticos, un objetivo primordial llevar a las urnas el domingo a la franja de indecisos que pueden optar por la abstención y que, según algunos análisis, fueron votantes del PSOE en las elecciones legislativas de 1982. Pujol se mostró en total desacuerdo con los que opinan que una alta participación, fuera a perjudicar a CiU y responsabilizó directamente al Gobierno socialista del alto porcentaje de abstención previsto para el domingo, argumentando que la abstención era consecuencia de "la decepción de quienes confiaron en las promesas electorales del PSOE".

Un día antes de su viaje, en una entrevista aparecida en El Periódico de Catalunya, Felipe González vierte críticas contra el Gobierno de la Generalitat y señala que le resulta extraño contemplar una Cataluña conservadora, teniendo en cuenta que el Principado se ha inclinado históricamente más por una concepción progresista que por una conservadora. Pujol replicó en un acto electoral que progresismo no es sinónimo de socialismo y se preguntó si era progresista prometer 800.000 puestos de trabajo "y perder 300.000 en 18 meses" o "rebajar las pensiones de los jubilados y promover la LOAPA".