La policía centra sus trabajos en la desarticulación de la red financiera de la Mafia, tras la detención de Badalamenti
La policía de Estados Unidos, Italia, España y Suiza centra ahora sus investigaciones, tras la detención en Madrid del capo siciliano Gaetano Badalamenti, en la desarticulación de la red financiera y económica de la Mafia italiana y la Cosa Nostra norteamericana. Según altas fuentes policiales italianas, que han dirigido la operación que defenestró prácticamente a una de las principales bandas internacionales de tráfico de heroína, las dos grandes familias de la Mafia siciliana (Badalamenti y Greco) estaban completamente ligadas a la Cosa Nostra (la familia Bonanno y la Gambino).
Los comisarios de Palermo apellidados De Luca y Pellegrino, expertos en la Mafia, afirmaron ayer que "ahora comenzamos a tener en consideración la relación con España de la más importante Mafia de la heroína".De Luca y Pellegrino declararon a EL PAIS, en su despacho de la Cuestura de Palermo, que, dada la reciente presencia en España de importantes mafiosos italianos como Antonio Bardellino y Gaetano Badalamenti, "hemos comenzado a cambiar nuestra impresión respecto a, este país, que ahora tenemos como un punto de referencia importante en nuestras investigaciones".
Los dos comisarios opinan que la residencia y actividad en España de mafiosos italianos se debe fundamentalmente a que este país "tiene características similares a Italia y no provoca desconfianza a los capos; España se está convirtiendo en un centro de tránsito de heroína del Medio y Extremo Oriente a EE UU".
'Reconversión' en Suiza
Los dos policías de Palermo, que dirigieron las investigaciones con el FBI norteamericano (Buró Federal de Investigación) en la desarticulación de la banda de Badalamenti, aseguran que Suiza es el país donde fundamentalmente se reconvierte en negocios legales el dinero sucio de estas operaciones mafiosas. Sin embargo, ambos comisiarios no descartan, después de las inversiones de Rodolfo Azzoli y Badalamenti en España, que este país sea otro de los lugares escogidos por los capos que dirigen el tráfico de heroína.
En este sentido, el juez de Palermo Giovanni Falcone, que instruye la mayoría de los procesos contra la Mafia, de ellos tres contra Badalamenti, declaró (véase EL PAIS del 18 de abril) que parece evidente que la onorata societa opera en España.
La relación de la Cosa Nostra con la Mafia siciliana se demuestra, en opinión de los citados comisarios, con el hecho de que el empresario de Brescia Oliviero Tognoli, relacionado con Badalamenti para reconvertir dinero sucio, según la información obtenida en Italia, también realizaba este tipo de operaciones para uno de los capos de la Cosa Nostra detenido en Nueva York, Frank Castronovo, residente en esta ciudad aunque de origen siciliano.
Aunque circuló oficiosamente la noticia de que el empresario de Brescia Oliviero Tognoli había sido detenido, medios oficiales italianos han puntualizado que se encuentra cercado por la policía italiana, pero aún no ha sido arrestado.
La historia de esta impresionante operación policial, considerada en medios italianos como una de las más importantes y severas infligidas a la Mafia siciliana y a la Cosa Nostra, parte de un informe que se preparó para el general Carlo Alberto della Chiesa, prefecto de Palermo, muerto a tiros el 3 de septiembre de 1982 por un grupo de asesinos profesionales apenas 100 días después de que le encargaran la dirección de la lucha contra la Mafia.
El general, que contaba 62 años cuando fue asesinado, recibió de un mafioso arrepentido un informe sobre 162 personas relacionadas con la onorata societá.
Las informaciones de este importante dossier provocaron un duro golpe a la Mafia, que finalizó el 13 de febrero de 1983 con el resultado de alrededor de 80 mafiosos arrestados, según fuentes policiales italianas. Muchos de estos delincuentes ya estaban ligados a la Cosa Nostra, la organización mafiosa norteamericana, de origen italiano, que controla prácticamente el tráfico de heroína en el mundo. La familia Bonanno sufriría un duro golpe en esta operación.
Aproximadamente en esas fechas, según los comisarios De Luca y Pellegrino, la policía norteamericana y la italiana establecieron un acuerdo de intensa y estrecha colaboración en la lucha contra la Mafia y la Cosa Nostra. Producto de esta colaboración fue la detención de importantes personajes de la Cosa Nostra en Nueva York, entre ellos Frank Castronovo, considerado como uno de los poderosos de la organización norteamericana.
La 'operación Madrid'
De Luca y Pellegrino, que permanecieron en Madrid durante la detención de Badalamenti, afirman que los dos grandes clanes de la Mafia siciliana son la familia Greco,en la denominada zona de Ciaculli, y la familia Badalamenti. La primera de éstas se relacionaba con el clan Bonanno y la segunda, con el clan Gambino. Estos dos clanes, de origen italiano y dominantes en la Cosa Nostra, estuvieron algunos años atrás fuertemente enfrentados.
Igualmente ocurrió con las familias Greco y Badalamenti, cuyas vendettas provocaron en Italia más de 300 muertos en los últimos dos años, según las fuentes policiales citadas.
La detención de Frank Castronovo y el mafioso Salvatore Catalano en Nueva York, así como los múltiples interrogatorios efectuados en la ciudad estadounidense, dieron paso a una importante operación que ha asestado un duro golpe a las dos grandes organizaciones mundiales de tráfico de heroína: la Mafia y la Cosa Nostra.
El comisario apellidado Sabatino, jefe de estupefacientes de la policía italiana, y los comisarios De Luca y Pellegrino se pusieron. inmediatamente en contacto con el FBI y la DEA (Departamento de Estupefacientes Norteamericano), así como con los comisarios españoles Gómez Mesa y Merina. Ahí comenzó la gran operación que ahora está trascendiendo a los medios informativos.
La policía norteamericana obtuvo la confidencia de que el sobrino de Badalamenti, Pietro Alfano, también detenido en Madrid, salía de Chicago, vía Amsterdam, hacia la capital española. La máquina policial se puso en marcha y funcionarios norteamericanos, españoles e italianos le esperaban en el aeropuerto de Barajas. A su llegada observaron que en el aeropuerto madrileño les aguardaba Gaetano Badalamenti y su hijo Vito. Fueron seguidos hasta la calle de Santa Virgilia, en el barrio de Hortaleza, por una internacional cohorte de policías. El piso fue completamente rodeado por los funcionarios hasta que el comisario Merina convenció a sus colegas "para quedarse sólo con sus hombres" y no despertar sospechas. Después de 24 horas de espera sin descanso, el comisario español detuvo a Badalamenti y a sus dos acompañantes cuando salían de su domicilio. Habían esperado un tiempo prudencial para observar si nuevas personas visitaban o entraban en contacto con el jefe de la Mafia siciliana.
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