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Una parte de los empleados manifiesta su "indignacion y protesta"

El escrito de réplica a EL PAIS, firmado por el director del hospital Psiquiátrico de Leganés y 167 personas más, es el siguiente:

"El colectivo de trabajadores, funcionarios y laborales del Hospital Psiquiátrico de Leganés, que suscriben la presente carta, desean hacer pública su indignación y protesta por el artículo que, bajo el título El hospital de Leganés, un manicomio en ruinas, apareció publicado el domingo 18 de marzo pasado en el periódico que usted dirige.

Nos interesa, como colectiva, denunciar ante la opinión pública la serie de inexactitudes, en unos casos, y de flagrantes, falsedades, en otros, que se expresan en dicho artículo.

1ª. Es la única verdad que la infraestructura del hospital es absolutamente inválida, insegura, combustible y peligrosa, cosa que han favorecido los 131 años de su vida y la abstención de los regímenes políticos que en ellos se sucedieron. Es irracional dar por sobreentendido que tal deterioro se deba precisamente a la desidia de quienes ocupan actualmente los cargos de responsabilidad de la AISN, cuya actuación en pocos meses es muy contraria a la de las etapas históricas anteriores.

2ª. La estrategia periodística de citar seis veces la opinión informadora de los auxiliares -en indeterminado- es, cuando menos, un atentado al rigor informativo que no se ha comprobado y contrastado con las fuentes fiables. No entendemos que la malintencionada y falseada información recogida de dichos auxiliares pueda equipararse, en un falso alarde de neutralidad informativa, con la concisa frase de "la dirección del centro niega tales extremos", a menos que lo que la dirección pueda decir le tenga sin cuidado al informador, que se erige en juez de la cuestión, a pesar de las extensas entrevistas mantenidas con dicha dirección.

3ª. Sorprenden las informaciones aportadas por "los auxiliares" en el sentido de "uso de medicamentos caducados", "riego semanal" en lugar de baños, "cuatro médicos -dos de ellos en período de formación- que, salvo uno, acaban su jornada a mediodía", etcétera. Pues bien, las dos unidades de crónicos/as de este hospital disponen del siguiente personal en dedicación única: cinco médicos (dos staff, dos residentes y un internista), ocho ATS, dos asistentes sociales, cuatro terapeutas ocupacionales, 15 auxiliares femeninos, 16 Auxiliares masculinos y 12 vigilantes/as nocturnos. Este hospital dispone asimismo de suficientes espacios donde practicar toda crítica, tales como equipos terapéuticos, que se reúnen diariamente; una junta facultativa y una junta de dirección, ambas elegidas democráticamente, la última con representación estamentaria, con delegación del comité de empresa, representación sindical mayoritaria y funciones decisorias. Desconocemos que ninguna de las irregularidades señaladas en el artículo haya sido nunca planteada en ninguno de estos órganos de gestión y gobierno.

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4ª. No es en absoluto cierto el hecho afirmado de que las hermanas de la Caridad ejerzan un papel omnicomprensivo, no custodian con celo carcelario los medicamentos y constituyen una parte importantísima de los equipos terapéuticos, plenamente integradas con el resto de sus componentes. Las últimas tensiones entre monjas y seglares se dieron en este hospital en el año 1972 y hoy son profesionales que ejercen sus funciones más allá de sus obligaciones laborales en beneficio de los enfermos internados y de los equipos, y cubren siempre voluntariamente los pequeños fallos en los servicios de guardia. Sirva esta afirmación para reconocer públicamente el agradecimiento del colectivo a la comunidad religiosa del centro.

5ª. No es cierto, como se afirma en el artículo, que la direción -y el resto del hospital tras ella- pretenda trasladar crónicos al cercano hospital de Santa Teresa -dependencia de éste situada a 600 metros en línea recta-, sino la unidad de agudos, preferentemente, y construir en las 9,4 hectáreas de sus terrenos las instalaciones necesarias para albergar dignamente a nuestros enfermos, con quienes nos vinculan lazos que sobrepasan la categoría de objetos de trabajo. No existe pretensión ni intención alguna de construir un nuevo macromanicomio, institución en la que nadie que esté medianamente informado en asistencia psiquiátrica puede ya creer.

Es nuestro interés conseguir el fin expuesto y que se ceda Santa Isabel en su totalidad al Ayuntamiento de Leganés para proyectos municipales que son tan interesantes como necesarios.

6ª. Protestamos por la falta de respeto que supone para las enfermas internadas la aparición de sus fotografías en primer plano (artículo 18 de la Constitución), a pesar de la advertencia expresa que en tal sentido hizo el director al reportero gráfico, así como la narración novelada y falseada de varias historias clínicas, cuyo estudio y reproducción no fueron autorizados por la dirección del centro.

7ª. Protestamos asimismo de que el mencionado artículo haya excluido intencionadamente las múltiples funciones asistenciales que este hospital viene realizando desde el año 1972, tales como asistencia preventiva sectorizada de tipo primario y secundario, que han generado la progresiva evitación de encronizaciones. En 1970 este hospital estaba ocupado por 500 enfermos/as encronizados; en la actualidad hay 210 enfermos crónicos de ambos sexos, y los ingresos de crónicos no p asan de tres por año en un área de población de unos 300.000 habitantes, y funcionan una unidad de admisión de enfermos agudos y cuatro ambulatorios adscritos al centro. Todo ello se hace en equipo y desde unos órganos de gestión representativos, decisorios y vinculantes.

8ª. Este colectivo de trabajadores no permitirá, bajo ningún concepto, que ninguno de los internados que constituyen este hospital sea trasladado por razones seudoadministrativas, seudopolíticas ni seudocientíficas a ningún otro sitio que no sea a unas nuevas instalaciones en el área de Leganés, de donde son vecinos".

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