Un millón de brasileños se echó a la calle para pedir la eleccion directa de su presidente
En la mayor manifestación popular de la historia política de Brasil, más de 800.000 personas -y muy probablemente más de un millón- participaron el martes, en Río de Janeiro, en una concentración organizada por la oposición para exigir el inmediato restablecimiento de las elecciones presidenciales directas.
Un enorme escenario se montó en el cruce de las dos principales avenidas del centro de Río -la del Presidente Vargas y la de Río Branco-, y aunque el inicio de la manifestación estuviese previsto para las cuatro de la tarde dos horas antes decenas de miles de manifestantes se disputaban pacíficamente los mejores lugares. El acto terminó pasadas las diez de la noche, según informa desde Río Eric Nepomuceno.La manifestación se cerró con un discurso del gobernador de Río de Janeiro, el socialista Leonel Brizola. "Brasil", dijo Brizola, "tiene un pueblo que, aunque haya sido dominado a lo largo de 20 años, jamás aceptó ese dominio". Y luego agregó: "Vamos a elegir a alguien que represente las aspiraciones de cambio del pueblo brasileño". Las masas llegaron a gritar: "Brizola, presidente".
La oposición quiere que las nuevas elecciones presidenciales se celebraran a comienzos de 1985. El presidente, general João Figueiredo, es partidario de la vuelta al sufragio directo, pero no antes de 1989. Hasta entonces pretende que se mantenga el actual sistema, en el que la elección presidencial corresponde a un colegio electoral.
Sucesos recientes, como la dimisión del ministro liberal de la Marina, Maximiano da Fonseca, marcan un endurecimiento del régimen militar brasileño, que ya ha cumplido su 20º aniversario. En el mismo sentido, se han pronunciado amenazas de decretar el estado de excepción el próximo 25 de abril, cuando el Congreso debata la llamada enmienda Dante, que pretende restablecer las elecciones presidenciales directas para 1985.
La concentración popular de ayer marcó el punto culminante de una intensa campaña que la oposición planificó minuciosamente y cuyo desarrollo permite ver el futuro con optimismo a los partidarios de la enmienda Dante. Entre éstos se encuentra el vicepresidente Aureliano Chaves, que calificó la manifestación de "expresión demostrativa de la voluntad del pueblo brasileño". Chaves asume por estos días las funciones presidenciales en ausencia de Figueiredo, que ayer llegó a Madrid procedente de Marruecos.
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