Obispos en el País Vasco

En el programa de televisión Últimas preguntas, que dirige Martín Patino, me hizo gracia (maldita la gracia que me hizo) aquello que contaba monseñor Cirarda cuando él volvió una vez por Sevilla, para la consagración del obispo Montero. Dijo que un grupo de seglares "muy de iglesias", lo saludaron con mucho cariño, lo abrazaron dándole muestras de alegría de volverlo a ver por Sevilla. Entonces, monseñor Cirarda les preguntó que qué pensaban de sus pastorales y de su actuación en Bilbao (actuación que entonces podríq ser muy conflictiva y chocar con la mentalidad de los cristianos, aunque muy de iglesias, ignorantes). Y estos cristianos, nos decía Cirarda con gozo, le dijeron, "monseñor, nosotros no entendemos nada de lo que usted dice, pero sabemos que no puede decir nada malo y todo lo que diga está bien". ¡Qué lástima!

Éstos son los cristianos que les agrada apacentar a muchos obispos, ovejas dóciles que proclaman a coro la indefectibilidad y la infalibilidad de sus pastores, únicos maestros sabios y seguros para guiar a los hombres en los asuntos materiales y espirituales.

En las preguntas que le hicieron sobre su actuación y la de sus obispos vecinos ante los crímenes del País Vasco,'no reconoció ni fallo ni negligencia; siempre son los seglares, periodistas o lectores, los que no saben interpretar sus palabras; qué falta les haría un poco de fe en el magisterio episcopal para no dudar de que lo que ellos dicen siempre está bien y no pueden decir nada malo. /