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Entrevista:

"Honduras jamás se prestará para agredir a nadie", afirma Edgardo Paz Barnica

El ministro de Asuntos Exteriores de Honduras, Edgardo Paz Barnica, ha efectuado una visita a Madrid, donde se ha entrevistado con el presidente del Gobierno español, Felipe González, y con su homólogo, Fernando Morán. Un previsto encuentro con el ministro del Interior, José Barrionuevo, no pudo, al parecer, ser celebrado. Uno de los objetivos de estos encuentros era explicar a las autoridades españolas las investigaciones sobre la presunta concesión de un pasaporte hondureño a José María Ruiz-Mateos, ex presidente del holding Rumasa, y su eventual estancia en el país centroamericano. En una entrevista concedida a EL PAÍS, el ministro hondureño negó ambas cosas y afirmó que la investigación continúa su cauce para esclarecer definitivamente el caso. También habló con sus interlocutores españoles sobre la crítica situación en la región, y señaló a este periódico que "Honduras jamás se prestará para agredir a otro país" y que "rechaza una solución militar para Centroamérica".

Pregunta. ¿Cuál es su opinión sobre la actitud de la Internacional Socialista, en general, y del Gobierno socialista español con relación al conflicto latinoamericano?

Respuesta. Sobre este tema quiero ser muy claro, como lo he sido en distintas oportunidades. El Gobierno de Honduras ha considerado y considera fundamental la cooperación de organizaciones políticas de carácter internacional y que tienen un carácter democrático para que coadyuven a una solución pacífica en la crisis de Centroamérica. En muchas ocasiones hemos subrayado en los foros internacionales nuestro interés en que organismos como la Internacional Socialista, la Democristiana y la Liberal converjan en sus propósitos para solventar la crisis que sacude a Centroamérica. La socialdemocracia internacional, por estar formada por partidos eminentemente democráticos, puede aportar una solución mayor al conflicto, dando un respaldo decidido a los regímenes democráticos centroamericanos, como lo son en la actualidad Costa Rica y Honduras.

No puede haber paz si no hay Gobiernos democráticos, y, lamentablemente, en Nicaragua no lo hay, como no lo hay en otros países centroamericanos. Es necesario un proceso de democratización integral en Centroamérica que incluya el respeto a los derechos humanos y un proceso de reconciliación nacional en aquellos países en los que hay conflictos internos; también es necesario un proceso electoral que se ajuste a las líneas que están siendo elaboradas por el grupo de Contadora. La paz, estamos seguros, se puede lograr y se va a lograr, y rechazamos una solución militar.

'España no puede apoyar a un régimen totalitario'

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P. Hablemos de sus conversaciones con el presidente del Gobierno español, Felipe González.

R. Tuve con él el viernes una conversación de hora y media de duración y le expresé nuestras simpatías, así como el agradecimiento hacia sus gestiones pacificadoras. Hablamos de los mecanismos de la gestión del grupo de Contadora. Coincidimos en que la paz es fundamental para Centroamérica, de que la paz debe ser global y regional. Le manifesté que son necesarios para ello los fundamentos de una democracia pluralista que sea producto de elecciones libres y honestas. Le dije que los Gobiernos europeos democráticos, como el de España, deben tener una presencia política más activa en Centroamérica en el siguiente sentido: que den pleno apoyo y respaldo a los Gobiernos democráticos de la región, como Honduras y Costa Rica, porque yo no creo que un Gobierno democrático como el de España vaya a dar su respaldo a un régimen totalitario o dictatorial.

P. ¿Se refiere a Nicaraua?

R. A cualquiera, independientemente de su connotación política. La extrema derecha es tan condenable como la extrema izquierda.

'Jamás tendremos bases militares extranjeras'

P. ¿Cree usted que las maniobras norteamericanas intermitentes en Honduras no contribuyen a aliviar la tensión?

R. En septiembre y en enero pasados se elaboraron documentos con el grupo de Contadora en los que figura que, en el caso de maniobras militares en la zona con participación de un país foráneo, únicamente existe la obligación de los países donde se efectúan los ejercicios de informar a los demás. Pero vamos al grano. Honduras ha realizado con Estados Unidos, esporádicamente, ejercicios militares desde 1968 en base a un tratado bilateral de 1954. Estas maniobras, que se siguen realizando en la actualidad, tienen, en primer lugar, un carácter estrictamente temporal; por otro lado, tienen la finalidad de capacitar técnicamente a las fuerzas armadas de Honduras para su profesionalización y modernización. Tienen también otro objetivo: ser un factor disuasorio frente a la amenaza nicaragüense por el excesivo armamentismo de este país. Honduras jamás se prestará para agredir a nadie.

P. ¿Pueden conducir las continuas maniobras militares norteamericanas al establecimiento de bases militares permanentes de Estados Unidos en Honduras?

R. En Honduras no existe ninguna base militar extranjera ni hay un propósito definitivo para ello. Jamás, creo, en Honduras se establecerá base extranjera permanente alguna. Se pueden establecer centros de entrenamiento, pero bajo control y soberanía hondureños.

P. En la reunión de Madrid, los dirigentes de la Internacional Socialista han expresado su preocupación por el minado de los puertos de Nicaragua.

R. Honduras es ajena a la instalación de minas en los puertos nicaragüenses. En Nicaragua hay una lucha interna de nicaragüenses contra nicaragüenses. Esto es una realidad. Nosotros creemos que no debe utilizarse la violencia, venga de donde venga.

'La destitución de Álvarez, una iniciativa compartida'

P. La destitución, cese o renuncia del general Gustavo Álvarez como jefe de las fuerzas armadas hondureñas, considerado como un militar, digamos, más belicoso en lo que se refiere a la situación centroamericana, ¿puede contribuir a una mayor prudencia por parte de Tegucigalpa?

R. Ya le he dicho que lo que sucede en un país afecta a otros. Los problemas de seguridad afectan a varios países, y los de la democracia, también. En Honduras, el sábado 31 de marzo se verificó una reorganización o reestructuración interna de las fuerzas armadas, lo que dio como resultado la dimisión, de acuerdo con las normas legales vigentes para las fuerzas armadas y con la Constitución, y la salida del país del general Álvarez. En EL PAÍS ha salido un reportaje sobre este tema que estimo tiene aspectos que no responden a la realidad, no por responsabilidad del autor, sino de sus fuentes de información. La reestructuración se produjo bajo la dirección y la orientación del presidente Suazo Córdoba. Se dice que se opuso a ello; todo lo contrario. Así queda claro en los mensajes difundidos por el presidente ese día y por el sucesor de Álvarez, general Walter López (en los que queda patente la primacía del poder civil sobre el militar), que ponen de relieve que la reestructuración se orienta hacia la profundización de la democracia interna.

P. ¿No cree que el asunto hubiese quedado más claro, sin dar la sensación de que el presidente fue puesto ante un hecho consumado, si Suazo Córdoba, utilizando los poderes que le atribuye la Constitución, hubiese tenido la iniciativa del cese?

R. No se le olvide que hay que cumplir las disposiciones legales sobre la materia y que esta reorganización interna fue convenida de común acuerdo por el comandante general de las fuerzas armadas, que es el presidente de la República, y el comando mayor de las fuerzas armadas.

P. Usted estuvo con el general Álvarez en Costa Rica; fue el último miembro del Gobierno que habló con él y que le transmitió el pesar del presidente...

R. Hablé con él, efectivamente, en San José de Costa Rica, sobre temas generales, y me expresó lo mismo que dijo luego en su conferencia de prensa en San José: que había salido de Honduras esposado como un delincuente; que su renuncia no había sido voluntaria; que qué diría Estados Unidos de esto, y cosas así, por el estilo.

P. Usted habló con anterioridad de que el objetivo, de su visita a Madrid era aclarar el tema Ruiz-Mateos.

R. En efecto. Cuando estalló el caso hablé por teléfono con Felipe González y dije que vendría a Madrid con la intención de esclarecerlo y comunicarle el resultado de las investigaciones al respecto. En primer lugar, quiero decirle que el Gobierno de Honduras no ha concedido pasaporte a Ruiz-Mateos, menos aún diplomático, porque hubiese sido un acto ilícito. Honduras no puede conceder pasaporte a quien no sea un connacional, y además todo documento de este tipo queda registrado. Y hemos mirado nombre a nombre. No aparece ni el de Ruiz-Mateos ni el nombre figurado que también ha dado la Prensa.

'No conocemos a Ruiz-Mateos'

P. Pero ¿existe la posibilidad de que haya sido concedido en algún otro país?

R. No lo sé, pero seguimos investigando el tema.

P. ¿A qué se debe entonces la dimisión del embajador en Madrid?

R. El embajador Andrés Alvarado Puerto merece nuestra consideración, aunque quizá se excedió en sus gestiones. Estableció vinculaciones, primero, con Sabater y, posteriormente, con Ruiz-Mateos, que nosotros ignorábamos. Fue una falta de tacto diplomático; por eso presentó su renuncia, y le fue aceptada.

P. ¿Ha estado Ruiz-Mateos en Honduras?

R. Jamás. No conocemos a ese señor.

P. Pero pudo estar bajo nombre falso...

R. Pudiera ser que lo hiciese subrepticia e ilegalmente. Es casi imposible saberlo. Pero quiero subrayar que nosotros no le conocemos ni hemos tenido relación alguna con él.

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