Todos los candidatos a la Generalitat, salvo Barrera, criticaron a Pujol en el debate de TV-3
Dos horas y media duró el debate celebrado anoche en TV-3 entre los cinco principales candidatos a la presidencia de la Generalitat -Jordi Pujol, Raimon Obiols, Antoni Gutiérrez, Heribert Barrera y Eduard Bueno-, moderados por el periodista Francesc Noy. La estructura del debate permitió abordar muchos temas, aunque apenas se profundizó en ninguno, y, en la práctica, reprodujo el esquema del debate celebrado por los cinco candidatos en La Clave, de TVE, el 16 de marzo. Todos los participantes, salvo Barrera, criticaron la política de Pujol.
Obiols (PSC) y Gutiérrez (PSUC) criticaron con dureza la política de Pujol; Bueno (AP) incluso estuvo agresivo; Barrera (ERC) echó capotes al presidente saliente, y Pujol (CiU) se defendió, con mayor fortuna que en el anterior debate, lanzando fuertes críticas a la labor del Gobierno socialista para desautorizar el programa del candidato del PSC, de quien dijo que no tenía credibilidad.Raimon Obiols lanzó cables a Esquerra Republicana para que se sume a una futura, mayoría de izquierdas en el Parlament, a lo que Barrera contestó admitiendo en cierta forma que esa colaboración, "estemos donde estemos", podría producirse. Antoni Gutiérrez, por su parte, planteó con claridad que los comunistas están dispuestos a pactos de gobierno con los socialistas siempre que exista un acuerdo programático, y recordó que en estas elecciones no se vota un presidente, sino un Parlamento que, de acuerdo con la correlación de fuerzas, designará a un presidente y a su Gobierno.
En su primera exposición, Bueno no definió cuál sería su programa de Gobierno, lo cual fue criticado por sus oporientes. El candidato de Coalición Popular argumentó que en cinco minutos no se podía explicar un programa. Barrera declinó hablar de cosas concretas para referirse a los "aspectos básicos de la política": defensa del autogobierno; lucha contra la crisis económica y el paro, y preparación de Cataluña para el horizonte del año 2000. Dijo que la única vía era "hacernos respetar y tener más poder" y que todo lo demás vendría por añadidura. Reprochó a Pujol decir que todo va bien cuando ello no es cierto.
Gutiérrez Díaz señaló que el tema clave era que Cataluña necesita otro Gobierno, otra mayoría parlamentaria y, subsidiariamente, otro presidente. Acusó al Gobierno Pujol de débil por haberse apoyado en una mayoría contradictoria, lo que, en su opinión, habría debilitado la credibilidad de la autonomía tanto ante las capas populares como ante el resto de España y dijo que ERC había dimitido de su papel de izquierdas al apoyar a un Gobierno de derechas.
Obiols abogó por una distinción clara entre lo que es el Gobierno y lo que son la institución y el presidente de la Generalitat, para evitar que ésta no represente a todos los catalanes. Ofreció la creación de la figura del primer conseller para evitar esta confusión, y propuso un programa de mayoría y un Gobierno para aplicarlo con prioridades progresistas contra las desigualdades sociales y contra los desequilibrios. Pujol le replicó que su programa no tenía credibilidad y relacionó una larga serie de incumplimientos del Gobierno del PSOE en relación a su programa y de conflictos con la Generalitat, desde los 800.000 puestos de trabajo, hasta la LOAPA o las dificultades para determinados traspasos.
Pujol expuso que su programa consistía en acabar de aplicar el Estatut; vencer inercias que han bloquedao la división territorial de Cataluña; política modernizadora e innovación; política de bienestar social; lucha contra el paro (destacó la labor realizada hasta ahora, "sin equivalentes en el resto de España, salvo Andalucía y Extremadura"); normalización lingüística, y mantenimiento de la convivencia.
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