El Rey afirma en Ciudad Rodrigo que las autonomías no se han creado para poner nuevas fronteras dentro de España

ENVIADO ESPECIAL, "Las autonomías no se han creado, como bien recogen vuestros representantes, para establecer fronteras dentro de España, sino para unirla y hacerla más próspera. Si no es así, no cumplirán su alta misión constitucional". Esto afirmó ayer don Juan Carlos en Ciudad Rodrigo, localidad salmantina que, junto a Béjar, visitó por la mañana acompañado de doña Sofía, en su segunda jornada de viaje a tierras de Castilla y León. El Rey escogió de nuevo como tema esencial de sus discursos el fundamento constitucional de las autonomías, el de la unidad nacional y el futuro en libertad.

"La identidad de nuestra patria no es negociable, nuestra identidad nacional no es discutible, nuestro proyecto de vida histórica en libertad es un signo preciso de que asumimos las responsabilidades del pasado y del futuro", dijo también don Juan Carlos desde el balcón del Ayuntamiento de Salamanca a los miles de salmantinos que acudieron a recibirle.El Rey, que respondió al discurso del alcalde de Salamanca entre los cálidos aplausos de la población, afirmó que "estamos en un momento de nuestra vida histórica de excepcional importancia. Los problemas y los sucesos dramáticos hacen acto de presencia y parecen golpear con fuerza nuestra voluntad como pueblo". El Rey se preguntó en un momento de su discurso si lo que se desea con la insistencia de ciertos acontecimientos es doblegar una decisión irrevocable, "la de establecer para siempre una convivencia armónica en libertad entre todos los españoles", o "debilitar otro propósito de ancha idealidad española, el diálogo con Europa y el mundo en los umbrales de un nuevo siglo".

Don Juan Carlos, al referirse a los propósitos nacionales de convivencia y diálogo como imperativos de conducta colectiva, dijo también: "No vamos a renunciar a ellos, salmantinos, a pesar de las dificultades, cualesquiera que sean. Esa lección la hemos aprendido a lo largo de estos años con dureza, pero también con esperanza. Forman parte ya de nuestra identidad de futuro. Diálogo, fortaleza y esperanza se nos parecen como valores de nuestro tiempo capaces de hacer una nación habitable y digna para las nuevas generaciones. No, no vamos a renunciar a ese gran objetivo. Estad conmigo seguros de ello".

En su discurso, don Juan Carlos hizo una alusión concreta al tema autonómico, diciendo que "nuestra presente organización territorial del Estado, desde el respeto a las necesidades de cada comunidad, no tendría sentido si no fuera en ese arco superior de valores que configura el devenir de nuestra patria".

El alcalde salmantino, Jesús Málaga, justificó públicamente los honores dispensados al Rey y su nombramiento de alcalde perpetuo diciendo, entre otras cosas, que don Juan Carlos ha sabido "poner al servicio de todo el pueblo en los momentos más difíciles y decisivos toda la autoridad de la que él mismo os ha revestido". El alcalde recordó también las preocupaciones de los agricultores y pequeños ganaderos salmantinos.

Los Reyes vivieron una jornada de auténtico calor popular desde el momento en que aterrizaron en Ciudad Rodrigo, población que, por medio de su alcalde y de unas pancartas colocadas a lo largo del recorrido, reclamó servicios sanitarios de los que ahora carece.

En Béjar, ciudad que también mostró un gran calor popular hacia los Reyes, fue colocada, frente al balcón del ayuntamiento desde el que habló el Rey, una pancarta firmada por Comisiones Obreras, en la que se decía: "Réquiem por un pueblo que se muere".

Don Juan Carlos saludó, antes de llegar al balcón del ayuntamiento, a los hombres de musgo, tradicionales representantes de la lucha bejarana durante la reconquista, que una vez al año para participar en la procesión del Corpus, se revisten de musgo, de la misma manera que según cuenta la tradición asustaron a los árabes y les hicieron huir de su territorio.