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Escepticismo ante las previsiones de empleo asumidas en el nuevo intento de concertación

Las previsiones de creación de empleo en los próximos tres años formuladas el pasado verano por el programa económico del Gobierno y que acaba de asumir la ejecutiva federal del PSOE son consideradas inviables por expertos privados y de la propia Administración. Mientras observan con recelo los nuevos intentos de concertación, en los que se considera posible la creación de 690.000 a 768.000 puestos de trabajo hasta 1986, técnicos de la propia Administración han revisado sus estimaciones iniciales y fían más la creación de empleo a la flexibilidad de plantillas que a la baja de salarios reales y al crecimiento económico.

Los documentos preparados para la nueva convocatoria a las fuerzas sociales y políticas se basan en el escenario menos optimista del programa económico del Gobierno. Al igual que los datos incluidos en el folleto del que la ejecutiva federal del PSOE proyecta editar 40.000 ejemplares para explicar la política económica del Gobierno, parten de que la inversión crecerá cada año hasta 1986 más del 4,5%, y las exportaciones, cerca del 8%, mientras que los salarios reales bajarán en promedio el 0,5% (1,5% el presente año, 0,5% el próximo y 0% en 1986). Así, según las estimaciones del programa y las del documento de la ejecutiva del PSOE, se crearían 768.000 empleos, que los papeles para las fuerzas sociales y políticas actualizan y dejan en 690.000.Por el contrario, los últimos estudios del Ministerio de Economía, más próximos a las previsiones formuladas por la patronal bancaria y la Confederación Española de Cajas de Ahorro que a los del citado programa económico, resaltan que de poco o nada servirán la reducción de salarios reales o el crecimiento económico si no hay flexibilidad de plantillas. En síntesis, señalan que los efectos del aumento de la producción (un 2,7% de media hasta 1986, según el programa) tardan hasta cinco años en traducirse en creación de empleo. La repercusión durante el primer año es de aproximadamente un 25% de los puestos de trabajo que genera el crecimiento económico, y va decreciendo a lo largo de los otros cuatro hasta llegar al 100%.

Falta de flexibilidad

La explicación dada a estos retrasos se centra en la falta de flexibilidad del mercado de trabajo, que obliga a las empresas a ser más prudentes e intentar otras vías, para atender la demanda antes que ampliar plantillas. Así las cosas, aunque se afirma que la caída de salarios reales contribuye a aumentar el producto, en un plazo situado entre tres meses y un año, la conclusión es que sólo con una seria flexibilización de plantillas podrá crecer el empleo lo suficiente como para compensar los previstos aumentos de población activa (oficialmente, 91.000 personas este año, 104.000 el próximo y 118.000 en 1986) e incluso tratar de reducir el paro.Por estas consideraciones, y ante la posibilidad de que el nuevo intento de concertación contribuya a incrementar el gasto público, así como a evitar que las subidas salariales se acomoden a las posibilidades de cada empresa (exportadoras o no, en beneficios o en pérdidas, públicas y privadas), desde el Ministerio de Economía y Hacienda se observan con recelos tales conversaciones.

Tales actitudes de escepticismo ante la creación de empleo y de apoyo a la política económica seguida se observan en la banca y las cajas de ahorro confederadas.

Según las proyecciones de la patronal bancaria, el paro, en lugar de descender por primera vez, como prevé el programa del Gobierno, crecerá este año en 333.000 personas (hasta 2,76 millones de personas), pasando del 18,4% al 20,7% de la población activa, que aumentará en 178.000 personas.

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