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Renacen las tensiones en el Partido Nacionalista Vasco a causa de la política de alianzas en Euskadi y Navarra

La inesperada suspensión el pasado sábado de la asamblea nacional del Partido Nacionalista Vasco (PNV) -la primera que se celebraba tras las elecciones autonómicas- ha puesto de manifiesto que la crisis desatada en el partido a finales de año no quedó zanjada. Las diferencias registradas en torno a la aplicación de una política de alianzas, concretadas en un posible pacto de los nacionalistas con el Partido Demócrata Popular (PDP) en Navarra, provocaron la interrupción de un tenso debate, en el que se estudia la composición del nuevo Gobierno vasco y la sustitución de Xabier Arzallus como presidente del consejo nacional del PNV.

El pulso mantenido antes de las elecciones entre Carlos Garaikoetxea y Arzallus tiene ahora una nueva manifestación en la política de alianzas, ya que la representacion navarra -que apoya fuertemente a Garaikoetxea- se niega a seguir las directrices de Arzallus para lograr un acuerdo con los democristianos del PDP.Las fuertes críticas que los apoderados de Vizcaya, fieles seguidores de Xabier Arzallus, lanzaron contra los navarros por no estar propiciando un acuerdo con el PDP en dicha provincia, provocó una crispación que recordaba, en su forma, a la producida en las asambleas en las que desde las filas más tradicionales del partido se le reprochaba a Garaikoetxea, a finales de año, haber vulnerado la disciplina de la organización.

Los apoderados navarros fueron criticados, en la reunión del pasado sábado, por los vizcaínos que no aprobaban la actitud de sus correligionarios en las votaciones de las candidaturas a la presidencia del futuro Gobierno autónomo navarro. Además de achacarles un comportamiento "excesivamente autónomo", ya que no siempre han consultado con el partido las posturas que luego defenderían en el Parlamento foral, los apoderados vizcaínos acusaban a los navarros de no acatar los acuerdos de la última asamblea nacional. Al parecer, la resolución, secreta, preveía que el PNV se abstuviera a la hora de votar al candidato que fuera avalado por el centro-derecha navarro. Sin embargo, después de que los parlamentarios navarros emitieran su voto negativo a la candidatura, las relaciones entre el PDP y el PNV se han presentado difíciles en Navarra.

Así las cosas, es patente la contrariedad que un sector vizcaíno del PNV, que tiene una gran influencia en el aparato del partido, manifestaba en la asamblea nacional. La dirección tradicional del PNV, aunque suele jactarse del veto que el partido puso al PDP cuando éste solicitó recientemente su ingreso en la internacional democristiana -a la que pertenece el PNV desde hace 40 años-, se muestra partidaria de llegar a acuerdos con el partido que lidera, en Madrid, Óscar Alzaga.

La asamblea nacionalista no llegó a votar la moción que los apoderados vizcaínos habían presentado contra los navarros; sin embargo, la reunión se reanudará a fin de proseguir con el debate la próxima semana. Un debate que promete ser tenso si se tiene en cuenta que quedan por dilucidar temas tan espinosos como las consultas que el lendakari deberá realizar con el partido, tras su investidura, para formar el nuevo equipo de gobierno, y como la sustitución de Xabier Arzallus en la cúpula del PNV.

Sustituto para finales de abril

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Después de que el domingo 22 de abril el PNV celebre la festividad del Aberri Eguna (día de la patria), comenzará a despejarse la incógnita sobre la composición del nuevo Gobierno monocolor vasco, en el que no estarán de nuevo el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Luis Uriarte; el consejero de la presidencia, Xabier Caño; el de Educación y Cultura, Pedro Miguel Etxenike, y el de política territorial, Xabier Lasagabaster.Aunque algunos observadores dan por hecha la continuidad del hombre que cuenta con mayor poder en el PNV, Luis Retolaza, como consejero del Interior, éste podría dejar su cargo, para dedicarse de nuevo a tareas de dirección del partido, como máximo consejero del futuro sustituto de Xabier Arzallus, que podría resultar elegido a finales del mes de abril.

Si la actitud del PNV navarro en las votaciones de las candidaturas a la presidencia del Gobierno autónomo ha provocado crispaciones de tal envergadura en la asamblea nacional, todo indica que al partido mayoritario de la comunidad autónoma le esperan semanas conflictivas.

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