El locutor Tino Romero debuta como actor y cantante
Constantino Romero, Tino para los amigos, está decidido a afrontar el reto de su vida. Este hombre que lo ha demostrado todo en el mundo de la radio y del doblaje, debutará como actor teatral en la segunda semana de abril. Va a empezar por arriba. Sin miedo, pero con respeto. "Cuando comenzaron los ensayos reconocí mi total ignorancia", dice con humildad. Tino Romero, con 36 años, será el protagonista de la versión catalana de la La ópera de tres peniques sin haber subido nunca a un escenario como actor profesional; sin haber cantado nunca en público; sin haber bailado jamás fuera de las discotecas y las fiestas, y sin saber hablar catalán. Y todo eso tiene que dominarlo a la perfección cuando se estrene la obra.Tino Romero es un hombre enorme, de esos que pueden crear al mismo tiempo un sentimiento de ternura y de temor. Su voz es muy popular. Con un tono bajo, pero con unos matices extraordinarios, cada día se oye en una decena de anuncios televisivos. Ha doblado a personajes tan importantes como Roger Moore en la serie James Bond, Clint Eastwood en todas sus películas y el padre traidor de Skywalker en La Guerra de las Galaxias.
En la radio, su historial es incluso más extenso. Tino Romero fue uno de los introductores de la música anglosajona en las ondas, por entonces vírgenes, de los años sesenta. En 1966 debutó con Radio Young, "fue un programa en el que por primera vez acabamos con el aburrimiento del han escuchado ustedes. Dimos marcha a las presentaciones. Eramos tres jóvenes amigos y nos pagaban 1.000 pesetas al mes a los tres". Su personalidad, su forma de llenar el micrófono con su voz potente, continuó con programas en Radio Barcelona como Tino Show, Trotadiscos -con Rafael Turia, Ángel Casas y Manolo Cornejo, como técnico-, y, ya en Radio Nacional, donde ahora está en excedencia, Amor Discos y Recordisco. Su estilo le llevó a doblar al Hombre Lobo, el solitario locutor de la película American Graffiti.
Ahora, Tino Romero se ha lanzado al vacio sin paracaídas. Un día, Márius Gas, el directo de la adaptación catalana de la La ópera de los tres peniques, le ofreció el papel protagonista. "Creo que eres ideal para Mac el Navaja", le dijo Gas, con el que había hecho unas pocas obras teatrales como actores aficionados. "Es un reto enorme para mí", reconoce Tino. "Estaba en una situación muy cómoda Todo el mundo me reconocía como un pope de la radio y del doblaje. Con esta obra de teatro me estoy demostrando a mí mismo que me puedo dedicar por entero a una cosa. Cuando comencé los ensayos me sentí desamparado. Ahora empiezo a estar contento de los resultados".
Dinero perdido
Tino no teme que los críticos le ataquen despiadadamente: "No creo que tenga que demostrar nada a nadie. Soy muy exigente conmigo mismo, y si el día del estrenó estoy contento con mi trabajo, ya será suficiente".Va a perder mucho dinero con esta obra de teatro. No le importa. En el doblaje y en la radio tiene unos ingresos asegurados que ha cambiado por una compensación casi testimonial durante los dos meses de 12 horas diarias de ensayo. En ese tiempo ha aprendido a bailar -hay muchos números coreográficos en la obra-, y ya se desenvuelve muy bien en el tango y el foxtrot. Ha aprendido a cantar utilizando todo su enorme chorro de voz. Está disfrutando, y, para él, eso vale mucho más que el dinero perdido.
Lo más duro ha sido aprender el texto catalán de Mac el Navaja. "Yo soy de Albacete y, aunque llevo muchos años en Cataluña, no domino bien el idioma catalán. La primera lectura del texto fue nefasta. Tomás Terrades, el asesor lingüista de la obra, se preocupó en grabar en una cinta todo el texto con la pronunciación exacta. En los ensayos me señala cuando un acento es abierto o cerrado. Ahora, cuando oigo algunas emisoras de radio, hay voces en catalán que me suenan a truenos".
Babelia
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