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Familiares de drogadictos piden soluciones para los heroinómanos

Familiares de drogadictos se entrevistaron ayer con responsables de sanidad de la Diputación de Guipúzcoa para protestar por la falta de soluciones al problema de la droga. También criticaron la, a su juicio, deficiente atención a Fausto Galende, el heroinómano que se suicidó el jueves tras herir a dos policías en el transcurso de un intento de atracar un banco en San Sebastián.Ayer tarde se celebró el entierro de Galende, al que asistieron varios centenares de personas. Entre ellos se encontraban muchos jóvenes, quienes posteriormente se manifestaron por el barrio La Paz, profiriendo gritos de "Vida sí, heroína no" y similares.

Los responsables de los módulos psicosociales instalados por la diputación informaron ayer que estos centros no están diseñados para la atención de las urgencias provocadas por el síndrome de abstinencia, sino para el tratamiento y rehabilitación, un programa que requeriría por parte del heroinómano la voluntad expresa de desintoxicarse. Confirmaron que Fausto Galende acudió el pasado martes a uno de los módulos, y que, a la vista de su estado, los responsables del centro le aconsejaron que se dirigiera a la casa de socorro o a la residencia sanitaria.

La hermana de la víctima, Begoña Galende, manifestó a EL PAÍS: "Quiero que la gente se dé cuenta de que mi hermano quería verdaderamente curarse. Probablemente pensaba destinar el dinero del atraco no sólo a inyectarse más heroína, sino también a pagar la entrada en la asociación El Patriarca". Indicó que, después de abandonar la cárcel, Fausto fue detenido sin motivo en varias ocasiones y que varios policías le presionaron para que colaborara con ellos en la identificación de traficantes de heroína. "Mi hermano no quería hacer nada de eso, sólo quería curarse, y es terrible oír a un médico decir que los drogadictos son despojos humanos que hay que tirar a la basura".

Más de 11.000 personas se inyectan heroína en el País Vasco, lo que sitúa a esta comunidad autónoma a la cabeza de España en el consumo de dicha droga y con uno de los índices más altos de Europa, según informa la agencia Efe citando a fuentes policiales, médicas y sociológicas. La mayoría de la heroína consumida en el País Vasco llega de Amsterdam (Holanda).

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