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Detenidos en Londres centenares de pacifistas por protestar contra la carrera de armamentos

Soledad Gallego-Díaz

Londres conoció ayer uno de los días más agitados de su historia reciente. Cerca de 3.000 jóvenes tomaron el centro de la ciudad y, bajo el lema Parar la City (barrio financiero), arrojaron pintura contra sedes sociales de empresas, volcaron los coches y rompieron escaparates. En otros puntos de la ciudad, 20.000 personas se manifestaron contra la decisión del Gobierno conservador de abolir el Greater London Council especie de superayuntamiento, regido por los laboristas

.La manifestación juvenil había sido convocada por grupos pacifistas y ecologistas, en protesta contra "los beneficios que obtiene el mundo financiero de la carrera armamentista", y sus objetivos principales eran el Banco de Inglaterra, la Bolsa y el área comercial, pero se convirtió, según sus propios organizadores, en "un canto contra la opresión, la explotación y la guerra".

Los jóvenes, muchos de ellos disfrazados y con peinados punk, interrumpieron el tráfico y pintaron grafitos en las paredes.

La policía intervino con dureza para restablecer la circulación y empleó gases lacrimógenos. En algunos casos se produjeron enfrentamientos violentos. Un agente resultó ligeramente herido, y se practicaron 360 detenciones.

Un portavoz de Scotland Yard, visiblemente irritado, describió a los manifestantes como "anarquistas, miembros del movimiento de liberación de animales y homosexuales". "Están causando problemas", admitió.

Al mismo tiempo se celebraba en prácticamente todos los barrios londinenses el día de la democracia, convocado por organizaciones sindicales en defensa del Greater London Council.

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Más de 20.000 personas marcharon a lo largo de las calles, en este caso protegidas por la policía.

Pese a todo, se registraron grandes embotellamientos de tráfico, que se prolongaron a lo largo de todo el día.

La decisión gubernamental de abolir los consejos metropolitanos del gran Londres y de otras seis aglomeraciones de mayoría laborista ha sido justificada alegando razones de economía y eficacia por parte de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, que desea que los poderes de estos consejos sean delegados en asambleas locales.

Las manifestaciones de ayer se producen 24 horas después de que Londres quedara completamente paralizado por una huelga del transporte público, y cuando el sector del carbón entra en su tercera semana de huelga.

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