Mañana expira el plazo dado por el Reino Unido para recibir el 'cheque' de la CEE

Mañana expira el plazo dado inicialmente por la primera ministra británica, Margaret Thatcher, para que la CEE haga efectivo el cheque por valor de 500 millones de libras esterlinas (unos 107.000 millones de pesetas) que acordó devolverle como exceso de contribución en 1983. El cheque fue congelado tras el fracaso de la cumbre de Bruselas y la situación no pudo ser desbloqueada por el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores celebrado el pasado martes. Pese a todo, Thatcber ha decidido no cumplir su amenaza de retener los pagos correspondientes a 1984, lo que pondría al Reino Unido en una clara situación de ilegalidad, y se ha limitado, cara a la galería, a retener un modesto envío de 100 millones de libras.

La pelota se encuentra en campo británico. Los nueve esperan que Londres haga un gesto conciliador antes del próximo Consejo de Ministros de Asuntos de Exteriores, los días 9 y 10 de abril, pero Thatcher parece dispuesta a seguir tensando la cuerda hasta la próxima cumbre, en junio.Con cifras a la vista, la actitud de Margaret Thatcher, afirman fuentes diplomáticas británicas, no es tan inflexible como se ha querido presentar. La primera ministra ha logrado que los nueve acepten parte de sus reivindicaciones, pero ha tenido que ceder en algunos aspectos que hace sólo un año le parecían un artículo de fe.

La importancia de la cifra que solicita no estriba, desde el punto de vista de Londres, en su volumen, relativamente reducido, sino en el hecho de que servirá como referencia para el sistema permanente aceptado en Bruselas, por lo que puede tener un efecto multiplicador.

Este hecho, por sí solo, no explica suficientemente la negativa de Thatcher. Habría que tener en cuenta también que la opinión pública británica es hostil a la CEE y que la oposición laborista defiende el abandono del Mercado Común. La primera ministra, atrapada por su leyenda de dama de hierro, tiene que fomentar entre los votantes la idea de que no ha cedido un ápice en sus reclamaciones e impedir que los laboristas le saquen los colores. El problema es que, habituada a utilizar ese lenguaje en la Cámara de los Comunes, no ha sabido dulcificarlo en la mesa de negociaciones de Bruselas. Además la opinión pública no coincide plenamente con la de sectores financieros británicos, que empiezan a mostrarse irritados por lo que consideran innecesaria agresividad de la primera ministra.

Pagos obligatorios

Por otra parte, fuentes de la Comisión Europea declararon ayer que Londres "está en la obligación" de pagar los anticipos solicitados por la CEE, en virtud de las leyes comunitarias, informa Andrés Ortega. La Comisión podría decidir acudir después a la Corte de Justicia de la CEE si Londres no cambia de parecer. Todos los demás Estados miembros ya han pagado lo que les correspondía.

La crisis financiera es patente. En estos momentos la Comisión Europea lleva un retraso de aproximadamente un 70% en el adelanto de pagos que suele entregar a los países miembros para que éstos paguen, a su vez, a sus agricultores. Y la campaña agrícola se abre el 1 de abril.