Expertos forestales

Me satisface que don Luis Costa considere mi artículo de "bien intencionado y que sienta unas bases indudableníente acertadas acerca de la culpabilidad colectiva de los españoles y de las administraciones del Estado en relación con el grave problema de la desertización..." (véase EL PAIS del 22 de febrero de 1984). Sin embargo, el señor Costa termina afirmando: "El texto del señor Llavero se desliza hacia una solución que ( ... ) nos hace temblar de terror", porque al sugerir "que el peso de la responsabilidad en la reforestación del país lo lleva el Ministerio de Agricultura, y concretamente su organismo dependiente, el Icona, es ignorar los incuestionables hechos y poco menos que querer conducimos al suicidio colectivo" (!).

Para justificar la nefasta gestión del Icona", el señor Costa pone por testigos "a los sagaces campesinos de nuestro país, quienes consideran a los técnicos forestales -que el señor Llavero denomina expertos- como una temible plaga...", y termina con esta generalización todavía más sorprendente: "La formación de tales expertos no es de conservadores, sino de explotadores salvajes de la naturaleza"(!).

Si esta atrevida generalización documentada en la opinión de nuestros campesinos, cuyos conocimientos de los sistemas bioecológicos no creo sean muy avanzados, fuese cierta, entonces los hombres de a pie tendríamos que preguntarnos: ¿es posible que tales monstruos anden sueltos todavía? Me parece que tales afirmaciones en cuestiones tan vitales para nuestro país exigen las pertinentes aclaraciones con un mínimo de seriedad y también con un mínimo .de demagogia; estoy seguro de que el señor Costa lo comprenderá para evitar más desorientaciones y confusionismo innecesario en una cuestión tan vital para nuestra existencia como es todo lo referente al triángulo de la vida y su epicentro, la foresta.

Aquí solamente debo recordar lo siguiente: los procesos bioecológicos, los ecosistemas cibernéticos propios de la naturaleza viviente, son tan complicados y pluridimensionales que no se pueden confiar a un solo tipo de expertos. Debo aclarar, igualmente: cuando propongo soluciones hacederas pienso, claro está, y por razones obvias, en el Ministerio de Agricultura, en el Icona, en la Dirección General del Medio Ambiente, con la variedad de todos sus expertos y especialistas; también en el apoyo de toda la sociedad y asociaciones amantes de la naturaleza, con sus diversas preferencias. /