La primera gran derrota militar del año

,El Ejército salvadoreño sufrió el domingo en Tejutepeque, departamento de Cabañas, su derrota más grave en lo que va de año. En una emboscada nocturna murieron 32 soldados y otros 40 fueron tomados prisioneros. Según dirigentes de la guerrilla, esta acción no supone una ruptura de la tregua anunciada para el día de las elecciones, ya que fue el Ejército el que intentó penetrar en territorio controlado por el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), y éste había advertido que no lo toleraría.

Tejutepeque, a unos 60 kilómetros de San Salvador, no tiene guarnición militar estable desde que la guerrilla ocupó el pueblo el pasado 30 de octubre. El Consejo de Elecciones había decidido, sin embargo, que se instalasen siete urnas, y para ello, el Ejército envió el sábado a 160 soldados, que tomaron posiciones en el cerro La Loma.

La guerrilla les sorprendió dormidos poco después de la medianoche. Una ametralladora M-60 abrió fuego sobre la posición de los soldados, que se protegían tras un pequeño muro de piedras sueltas. Hasta las once de la mañana duró el combate. Un avión Push Pull y un helicóptero acudieron en socorro de los sitiados. Una mujer del pueblo que molía maíz en su casa murió a causa del ametrallamiento aéreo.

A lo largo de 11 horas, el combate se fue desplazando de La Loma al cerro del Teleférico y luego al Gramal, girando siempre en torno al pueblo.

Los periodistas contaron luego 32 cadáveres. Les habían quitado sus uniformes. Algunos cuerpos presentaban más de 10 balazos. Tres guerrilleros habían caído en medio de los soldados.

Otros 40 soldados cayeron prisioneros. A media mañana, un grupo de guerrilleros cruzó el pueblo llevando hacia sus campamentos a estos hombres, que caminaban descalzos y en calzoncillos. De la patrulla de 160 hombres sólo se sabe que se salvó un soldado, después de esconder bajo tierra su fusil y su uniforme. En casa de una muchacha consiguió ropa para disfrazarse de civil. Otro más quedó herido en la montaña y fue evacuado por la Cruz Roja.

El batallón de elite Ramón Belloso fue encargado de perseguir a los asaltantes. Su marcha se hizo tan lenta, que antes de caer la noche decidieron regresar a un pueblo más seguro.