La oposición salvadoreña recomienda acudir a los colegios electorales en las zonas que controla el Ejército
La oposición político-militar salvadoreña, agrupada bajo las siglas FDR-FMLN, ha hecho público un manifiesto en el que resume sus instrucciones para la jornada electoral del próximo domingo: en las áreas de conflicto o control guerrillero la consigna es no votar; en las zonas dominadas por el Ejército recomiendan a los electores que acudan a los centros de votación para sellar sus cédulas si se sienten amenazados.La izquierda clarifica así las aparentes contradicciones surgidas entre sus fuerzas combatientes durante los últimos días. La retirada de cédulas en algunas carreteras orientales obedecería a su propósito de que no se vote en las zonas de conflicto. De esta forma, la no instalación de urnas se convierte en una medida de su propio poder.
Hasta el próximo domingo cabe esperar, por tanto, nuevos pulsos entre el Ejército y la guerrilla. Ésta proclama en el documento que controla una quinta parte del territorio salvadoreño, con un mínimo de 70 municipios de los 261 que tiene el país.
Las fuerzas de oposición reiteran que las elecciones no son legítimas, carecen de mínimas condiciones democráticas y son sólo un instrumento más de la estrategia de Washington para impulsar la guerra de contrainsurgencia. En consecuencia, la guerrilla no reconocerá al presidente que surja de las urnas, aunque no considera a éstas objetivo militar.
La ilegitimidad electoral está fundamentada en la ausencia de condiciones que permitan la libre expresión de la voluntad ciudadana: los escuadrones de la muerte siguen asesinando por la simple sospecha de pertenecer a la oposición, los cuerpos de seguridad aplican una política de represión generalizada, continúa en vigor el estado de sitio y toda la información está manejada por la oligarquía y el Ejército.
El FDR-FMLN apunta como vicios del proceso el carácter obligatorio del voto y la posibilidad de que pueda romperse el secreto del sufragio, ya que las papeletas tienen una numeración correlativa que teóricamente permitiría averiguar por quién votó cada elector.
Todas las encuestas realizadas consideran al miedo como un importante motor electoral. Así lo revela el sondeo realizado entre el 3 y el 10 de marzo por la Universidad Centroamericana (UCA), que dirigen los jesuitas. Este temor ha sido determinante para que un 80% de los 1.021 encuestados no revelen a qué candidato van a votar. Una mujer preguntó al encuestador si era del escuadrón.
Los escasos datos obtenidos predicen una holgada victoria del candidato democristiano José Napoleón Duarte, aunque sin mayoría absoluta, lo que le obligará a medirse en una segunda vuelta, antes de 30 días, con el dirigente ultraderechista Roberto D'Aubuisson, que aparece colocado en segundo lugar.
Sólo un 35,4% cree en la pureza electoral; un 10% no cree en ella y un 11,5% responde que "depende". Una vez más, el 43% de la muestra no sabe o no contesta.
El 16,7% considera que las elecciones constituyen la mejor solución para la guerra, en tanto que un 11,4% se inclina por el diálogo. Destaca el alto porcentaje de personas que se manifiesta a favor de esta vía, ya que ello supone un cierto riesgo al identificarse con posiciones defendidas por la izquierda. Sólo un 1,3% opina que puede haber una solución militar. Los que confían en una intervención divina constituyen el 3,1%.
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