La Dirección General de Universidades niega la matrícula en Medicina a una invidente

La facultad de Medicina de la Universidad Central de Barcelona ha negado el derecho a matricularse a una estudiante invidente, alegando la oposición de la Dirección General de Universidades. La protagonista de este caso tiene 25 años de edad y ha aprobado los primeros cuatro cursos de carrera gracias a las facilidades ofrecidas por los catedráticos, por el decanato, por el propio rectorado de la Universidad Central y a su esfuerzo personal.

Josefa Casas, invidente de nacimiento, accedió a la facultad de Medicina en el curso de 1979, después de haber superado con éxito los baremos establecidos por el numerus clausus y tras haber cursado el bachillerato con un brillante promedio de notas.Durante cuatro años la muchacha ha ido acudiendo con regularidad y normalidad a la facultad de Medicina, aprobando siempre en la convocatoria del mes de junio a pesar de las dificultades que entrañaba el estudio de esta carrera y al hecho de que ninguno de los libros de texto usualmente utilizados por los alumnos estuviera transcrito al braille.

El pasado mes de septiembre, cuando Josefa Casas acudió a la secretaría de la facultad de Medicina para matricularse de quinto curso, se le informó de que su expediente no se encontraba en las oficinas y que se habían recibido órdenes de no formalizar su matrícula en tanto en cuanto no se arreglara el problema de la titulación, ya que la Dirección General de Universidades había comunicado al decanato la imposibilidad de que un invidente estudiara la carrera de medicina.

A estas alturas del curso, y a pesar de las reiteradas protestas y gestiones de Josefa Casas, el problema continúa sin resolverse y la muchacha no ha podido matricularse. Josefa Casas, sin embargo, continúa acudiendo cada día a clase, y realiza las pruebas parciales aun cuando éstas no tienen carácter de oficiales.

Josefa Casas, la segunda hija de una familia de clase media de inmigrantes oriundos de Córdoba, asegura que su situación es inconstitucional, por lo que piensa realizar cuantas gestiones sean precisas para que se le reconozcan sus derechos.

Su única aspiración es poder ejercer algún día la rama de psiquiatría y demostrar a la sociedad que los invidentes pueden integrarse totalmente. Según señala, los problemas de matriculación de este curso le han provocado la perdida de una beca que le había otorgado la ONCE (Organización Nacional de Ciegos) desde el primer año de carrera y con la que cubría todos los derechos de matrícula.

El doctor Josep Carreras, decano de la facultad, asegura que la oposición a que esta muchacha complete la carrera de Medicina no ha partido del decanato ni del propio rectorado, sino de la Dirección General de Universidades.

El decano ha manifestado que Josefa Casas, se matriculó sin advertir de que se trataba de una invidente, y que el profesorado lo descubrió cuando se tuvieron que hacer los primeros exámenes. Entonces el decanato remitió un escrito a la Dirección General de Universidades preguntando qué tipo de títulación se podía dar a la muchacha y si podía estudiar la carrera.

Según la misma fuente, por razones burocráticas la contestación de la Dirección General de Universidades se ha ido aplazando hasta que el pasado mes de septiembre llegó a Barcelona en forma de un "no rotundo".