España se protege contra el espionaje industrial

Tras el ingreso de España en la OTAN en junio de 1982, los países miembros de la Alianza exigieron al Gobierno español que estableciera un sistema adecuado para proteger la información confidencial que periódicamente es entregada a los miembros del grupo. Se creó entonces la Autoridad Nacional de Seguridad para la Información Clasificada OTAN. Paralelamente, y a raíz de comprar avanzados sistemas de armas a otros países y de participar en programas de cofabricación, la industria bélica española está accediendo a una información de alto valor para el bloque occidental y, por tanto, muy apetecida por el bloque del Este. El actual ministro de Defensa, Narcís Serra, dijo tres meses después de llegar al departamento que había apreciado "una relativa debilidad en esta área". La respuesta ha consistido en duplicar en un año los servicios de contrainteligencia industrial integrados en el Centro Superior de Información de la Defensa. Por su parte, las industrias afectadas han establecido complejos sistemas de seguridad basados en los planes vigentes en EE UU para la protección de instalaciones nucleares.

El pasado lunes, día 12, los ministros de Defensa de España y EE UU suscribieron en Washington un acuerdo de protección de información militar clasificada, por el que ambos países se comprometen a crear los sistemas adecuados para impedir que la valiosa información que puedan intercambiarse, fundamentalmente respecto a nuevos y avanzados sistemas de armas, caiga en manos de potenciales enemigos de cualquiera de los dos países o del bloque occidental al que pertenecen. El acuerdo, que tendrá una vigencia de cinco años y será prorrogable anualmente de forma automática, persigue que España perfeccione los actuales planes de protección informativa en unos momentos en que las Fuerzas Armadas y las industrias de armamento españolas están a punto de recibir sistemas de armas estadounidenses tan avanzados como los aviones de combate F-18A Hornet y AV8-B Bravo de despegue vertical.En el acuerdo se prevé la exigencia de garantías para proteger la información a las empresas que participen en la cofabricación de armas avanzadas, siempre que esta participación suponga transferencias de información clasificada. El documento, que define los diversos grados de clasificación de la información, también prevé inspecciones periódicas de agentes de seguridad del país propietario de la información, para comprobar la aplicación de los planes de protección de todo el proceso industrial y de las propias instalaciones.

El acuerdo hispano-estadounidense se produce después de que, a lo largo del pasado año, España también se haya comprometido con la República Federal de Alemania, Italia y Francia de proteger todo tipo de información clasificada relacionada con el proceso industrial de elementos integrantes de armas avanzadas que en los próximos meses podrán ser fabricados en España, como misiles antiaéreos, carros de combate y otros.

Para atender estas exigencias, el director del Centro Superior de Información de la Defensa, general Emilio Alonso Manglano, ha recibido instrucciones para reforzar el área dedicada a la contrainteligencia industrial -conocida como Seguridad Industrial-, que sólo en el último año ha visto duplicados sus efectivos. Manglano trabaja en este terreno en colaboración directa con el director de Armamento y Material (DGAM), general José de Andrés Jiménez, quiería su vez controla el cumplimiento de las normas de seguridad en las empresas de armamento.

Agresión informativa

Los gobiernos de los países desarrollados han tomado conciencia en los últimos años de la amenaza real que supone la agresión informativa, "de práctica cada vez más frecuente", como asegura un alto cargo de los servicios militares españoles de información especializado en contrainteligencia industrial. No obstante, el responsable de los sistemas de protección informativa de una conocida empresa armamentística española asegura que, en la actualidad, los planes de seguridad en España están al nivel de los países núembros de la OTAN, por lo que es muy difícil que se produzcanfugas, robos o sabotajes, "al menos en las grandes empresas", si bien reconoce que "el principal peligro actual es el de las indiscrecciones de personal técnico empleado".

Según estas fuentes informantes, en España no se ha detectado en los últimos años ningún caso concreto de espionaje en la industria armamentística, pero tampoco se ha manejado hasta el momento información de tan alto secreto como la que empezará a llegar en breve.

En España, los sistemas habituales de protección de los procesos industriales de armamento están contenidos en el manual sobre Normas de Seguridad Industrial de las Fuerzas Armadas, que prevé métodos para la protección física de centros industriales y material, y para la protección informativa. Todo contratista debe firmar un Compromiso de Seguridad por el que se compromete a respetar el manual y elaborar un Plan de Seguridad Industrial, cuyo cumplimiento es controlado por un Jefe de Seguridad de la correspondiente empresa, y un Inspector de Seguridad designado por el Ministerio de Defensa.

Para realizar la protección física, los objetivos a proteger son clasificados en cuatro grados de vulnerabilidad, de acuerdo con la posibilidad de ser atacados y con las consecuencias que produciría el ataque. En el primer grado, por ejemplo, figuran los talleres mecánicos, y en el cuarto los productos radiactivos. Para proteger la información, también esta se divide en cuatro grados q'ue, de mayor a menos, son Secreto, Reservado, Confidencial y Difusión Limitada. En las firmas españolas se maneja casi siempre información confidencial, en muy pocos casos reservada, y casi nunca secreta.

La protección física de las instalaciones -se está elaborando un registro de todas ellas clasificado por orden de protección preferente- se efectua mediante la definición de Zonas Protegidas que, a su vez, se dividen en Zonas de Libre Circulación -por ellas puede circular el personal de la empresa y personas ajenas con autorización-, Zonas Controladas -sólo pueden acceder a ellas las personas autorizadas a manejar información clasificada- y Zonas Vitales -de muy restringido acceso. Las Zonas Controladas se dividen, a su vez, en Zonas Prohibidas y Zonas Reservadas. Los sistemas de protección fisica deben cubrir cuatro funciones: prevención, alarma instantánea, retardo en la realización del ataque y reacción puntual y adecuada. Los centros de control de los sistemas de protección deben estar blindados.

Las personas contratadas para trabajar con información clasificada en cualquier empresa de armamento son sometidas previamente a un exhaustivo control por parte de Defensa. En los resultados de la investigación, figuran, entre otras cosas, el estado de las cuentas bancarias, costumbres habituales, anústades y grado de vulnerabilidad ante el alcohol, drogas o cualquier otro agente externo. Una vez pasado el control, quedan sujetas a inspecciones periódicas y, en caso de incumplimiento de, las normas vigentes, quedan sujetas al Código de Justicia Militar, que prevé máximas penas de prisión para los autores de. delitos contra la seguridad del Estado por fugas informativas.

'Cosmic' Máximo Secreto

Si España ha realizado un esfuerzo en mejorar la protección informativa en el terreno industrial, en el área relativa a la documentación clasificada procedente de la OTAN las iniciativas han sido más precisas y homologadas con los países miembros de la Alianza. En junio de 1982, sólo días después del ingreso español en la organización, se creó en Madrid el Registro Central de Documentación Clasificada procedente de la OTAN, controlado por los ministerios de Defensa y de Asuntos Exteriores, así como varios subregistros en los organismos que manejan parte de la información.

En el registro y en cada subregistro figura un Jefe de Seguridad responsable de proteger la documentación. En el registro central, al que tienen acceso un reducido número de personas autorizadas, la documentación se guarda en armarios y habitaciones resistentes al fuego y a las balas.

La información clasificada procedente de la OTAN se divide en 'Cosmic' Máximo Secreto, Secreto, Confidencial y Difusión Limitada. Para tener acceso a cualquiera de estos documentos es imprescindible: demostrar la necesidad de conocerlos, disponer de una habilitación de Seguridad expedida por la Autoridad Nacional de Seguridad, y haber sido instruído sobre el manejo de la docmentación OTAN y sobre las responsabilidades en que incurre quien la difunde sin autorización. Cabe señalar, por ejemplo, que entre la información facilitada a España figuran fotografías de bases soviéticas adaptadas para el almacenamiento de misiles SS-20.

Las fuentes informantes aseguran que en España no se ha descubierto en los últimos años ningún caso concreto de fuga informativa deliberada, pero sí se han detectado indiscrecciones protagonizadas por técnicos de alguna empresa, que, sin que ellos lo percibieran, han pasado a integrar la lista de personas que ya no podrán acceder a información clasificada en los grados más elevados de confidencialidad. El peligro, han dicho, reside fundamentalmente en las empresas reducidas, que apenas tienen experiencia en la aplicación de sistemas de protección informativa.