La Generalitat catalana, un 'Estado dentro del Estado'
Los 50.000 millones de pesetas estimados en concepto de gastos de autonomía durante 1983, los 120.000 millones empleados en pagar a 4.500 funcionarios contratados y 74.723 transferidos, convierten a la Generalitat de Cataluña en un auténtico Estado dentro del Estado por el volumen de las cifras que maneja. La Generalitat, con 12 consellers, 54 directores generales -más 10 presidentes de entidades autónomas, asimilados a ellos- y 12 secretarios generales, es, sin duda, el Gobierno autónomo de mayores dimensiones en todo el Estado.En 1981, el coste de la autonomía catalana fue de 16.000 millones de pesetas, según los datos obtenidos por Anna Galcerán. En 1982, la cifra ascendió a 34.000 millones, que, en 1983, se convirtieron en 50.000, según estimaciones de la oposición, ya que los presupuestos del pasado año no diferenciaron entre gastos de infraestructura y servicios transferidos. Gran parte de estos gastos se financiaron mediante la emisión de 20.000 millones de deuda pública, algo que, en opinión de los socialistas, hipoteca el futuro de la Generalitat.
El presupuesto del Parlament ascendió el pasado año a 911 millones de pesetas, la mitad de los cuales se emplearon en pagar al personal -80- funcionarios- y a los parlamentarios, 135 en total; se trata de la cifra más abultada, con diferencia, de todas las comunidades autónomas del Estado. Cada diputado cobra unas 175.000 pesetas brutas al mes, más los complementos por desplazamiento, en su caso. Un intento de aumentar estos salaríos hasta el equivalente al de un director general -272.000 pesetas al mes, lo que es similar a lo que gana un parlamentario de las Cortes generales- no llegó a prosperar.
Frente a tales datos, los referentes a otra comunidad histórica, el País Vasco, parecen relativamente austeros, si se consideran desde una perspectiva global: los 19.902 funcionarios que dependen directamente de la Administración vasca tienen sueldos que, en términos globales, ascienden a 36.573 millones de pesetas. Los nueve consejeros tienen sueldos algo superiores a los catalanes -5,3 frente a 5,1 millones-, mientras que el vicepresidente, Mario Fernández, gana algo más de 5,7 millones.
Sin embargo, algunos datos desmienten esta austeridad relativa: por ejemplo, el número de directores generales asciende a cincuenta, la segunda cifra más elevada tras Cataluña. Junto con los subdirectores y los delegados provinciales, esta cifra asciende a 93.
El Parlamento autónomo cuenta con tantos funcionarios como diputados: 60. El sueldo base de cada parlamentario es de 174.791 pesetas mensuales brutas.
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