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China y la URSS inician conversaciones en Moscú para normalizar sus relaciones

Pilar Bonet

Una delegación china, presidida por el viceministro de Asuntos Exteriores, Qian Qichen, Regó ayer, domingo, a Moscú para iniciar hoy la cuarta ronda de conversaciones chino-soviéticas con el fin de normalizar las relaciones entre los dos países. Observadores políticos en Moscú no esperan resultados espectaculares de la visita, dado que las posiciones de ambos interlocutores no se han modificado, pese al relevo en el Kremlin.

Qian Qichen y el grupo de consejeros y expertos que le acompañaron a la capital soviética fueron recibidos ayer en el aeropuerto por el viceministro de Asuntos Exteriores de la URSS y jefe de la delegación soviética en las conversaciones, Leonid llyichiov, según informó la agencia Tass. A principios de marzo, el viceprimer ministro chino, Wan Lin, que asistió en febrero al entierro de Yuri Andropov en Moscú, descartó la posibilidad de un rápido desbloqueo de las relaciones, marcadas por 20 años de tirantez.Wan Lin, el funcionario chino de mayor categoría que ha acudido a Moscú en más de dos décadas, fue recibido con frialdad en el Kremlin, donde, en estricto cumplimiento de las reglas del protocolo, se entrevistó con su homólogo soviético, Geidar Aliev, pero no con el máximo dirigente de la URSS, Konstantín Chernenko.

Como condiciones previas a la normalización de relaciones, Pekín mantiene tres reivindicaciones básicas: la reducción del contingente de tropas soviéticas en la frontera común -incluidas las estacionadas en Mongolia, de acuerdo con un tratado de amistad que data de 1966-, el cese del apoyo soviético a la ocupación vietnamita de Camboya y la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán.

Diferencias de principio

El pasado 2 de marzo, Chernenko manifestó que entre la URSS y China se mantienen diferencias sobre "varios temas de principio", y señaló que Moscú no puede suscribir acuerdos en prejuicio de los intereses de terceros países". Una formulación semejante había sido adoptada ya por Breznev en 1982 y utilizada el mismo año por la parte soviética como argumento para negarse a abordar el problema de Camboya.China rechazó este razonamiento, alegando que la URS S no se ha negado a discutir con EE UU de problemas concernientes a otros países, tales como la cuestión alemana u Oriente Próximo.La agencia oficial Tass ha difundido hace pocos días un comunicado del Gobierno de Ulan Bator donde se rechaza categóricamente la demanda china de retirada de las tropas soviéticas en territorio de Mongolia. Esta retirada, señala el comunicado, es un tema de exclusiva competencia sovietíco-mongol y no puede ser objeto de discusión en las conversaciones entre China y la URSS.

Pese al punto muerto de las conversaciones políticas, los contactos económicos y culturales entre China y la URS S se han incrementado sustancialmente en los últimos años. El pasado mes de febrero ambos firmaron acuerdos comerciales que prevén un intercambio de 1.200 millones de dólares para 1984, cifra que supone un 60% más que el año anterior.

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Un reflejo del nivel de relación cultural lo ofrece la librería Drujba (Amistad) de Moscú, donde se venden los libros producidos por los países aliados, y que -tras muchos años de prohibición-.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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