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Enemigos irreconciliables

El 20 de julio de 1974, las tropas turcas desembarcan en Chipre, colocando a Grecia y Turquía al borde del enfrentamiento armado. Dos años más tarde, el 23 de julio de 1976, la presencia de un barco turco en las aguas griegas del mar Egeo reaviva la hostilidad entre los dos países, ambos aliados de Estados Unidos, ambos miembros de la OTAN y, sin embairgo, enemigos irreconciliables.Estos dos conflictos, el de Chipre y eldel Egeo, que periódicamente desatan vientos de guerra en Atenas y Ankara, no tienen nada en común. El primero es ante todo político, y el segundo, económico. El conflicto de Chipre, que para los griegos es tema de interés nacional, puso bajo cero las relaciones entre los dos países en noviembre de 1983, cuando el líder de la comunidad turcochipriota, Rauf Denktash, declaró unilateralmente la independencia con el beneplácito de Ankara, según el Gobierno de Atenas.

La polémica sobre la soberanía en el mar Egeo ha sido permanentemente objeto de denuncias de un país contra el otro. Estudios geológicos han revelado la existencia de importantes yacimientos de petróleo en ese mar. Grecia, amparándose en la Convención de Ginebra de 1958, pretende extender de seis millas a 12 el límite de sus aguas territoriales, lo que le aseguraría la soberanía sobre el 65% del Egeo (en lugar del 35% actual). Esto supondría, simultáneamente, que la zona de vuelo dependería del control de Atenas. Turquía jamás ha reconocido la convención en la que Grecia fundamenta su derecho.

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