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La lucha por el poder en el PSOE de Murcia deja en segundo plano los sobornos

La lucha interna que se ha desatado en el seno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Murcia ha relegado a un segundo plano el escándalo provocado por el intento de soborno de dos periodistas locales por parte de algún dirigente socialista y funcionarios del Cuerpo Superior de Policía. Según testimonio de uno de los periodistas a los que se intentó sobornar, uno de los policías le aseguró que la operación "estaba avalada por el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID)", órgano de la inteligencia militar.

Los periodistas, José Luis Salanova y Joaquín García Cruz, redactores del rotativo La Verdad, han declarado que están asustados y que desconocen el trasfondo del asunto. La cifra ofrecida era de un millón de pesetas, la mitad de la cual fue ingresada en la cuenta corriente que uno de los periodistas tiene en una entidad bancaria local, a lo que éste se prestó siguiendo instrucciones de sus superiores en el periódico, que querían llegar al fondo del caso.El objetivo del soborno era, siempre según el testimonio de los periodistas, "mantener la estabilidad de las ¡instituciones autonómicas murcianas y no prestarse a las críticas de: la derecha contra el presidente regional Francisco Hernández Ros", que dimitió a consecuencia del escándalo.

El primer contacto se produjo en una cafetería de Murcia y en el mismo participaron los subcomisarios Francisco Sánchez Herrera, adscrito al CESID, y José Antonio Asensio, excedente del Cuerpo, aunque con anterioridad había sido jefe de la Brigada Político-Social de Murcia. Los policías expresaron a Salanova su interés en ponerse en contacto con el redactor político de La Verdad, Joaquín García Cruz, para ofrecerle dinero a cambio de que cesaran ciertos ataques contra Hernández Ros.

En un segundo contacto, y ante la desconfianza de los periodistas, surgió el nombré de una tercera persona, que resultó ser el secretario de finanzas del PSOE murciano y concejal de su ayuntamiento, Francisco Serrano, hombre de confianza de Hernández Ros, quien les confirmó la operación y la puso en marcha.

La Dirección General de la Policía ha enviado a un comisario a Murcia piara que investigue los hechos. Un portavoz del Ministerio de Defensa, por su parte, niega cualquier implicación del CESID en el escándalo, aunque ha revelado que el policía murciano se limitó a presentarle a su compañero Asensio al periodista Salanova.

Páginas 11 y 12

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