1.000 muertos, balance de los combates entre policía y musulmanes al noreste de Nigeria

Prosiguen los combates en la ciudad de Yola, al noreste de Nigeria, donde el balance de los enfrentamientos entre fanáticos musulmanes y fuerzas del orden supera ya los 1.000 muertos, según el semanario gubernamental Sunday New Nigerian. Se ha solicitado la interven ción de un destacamento del Ejército en refuerzo de la policía, que no consigue controlar la situación, a pesar de que ha bombardeado el enclave en el que se refugian los musulmanes, según el periódico.

Mientras fuentes del hospital donde han sido atendidas las víctimas de los enfrentamientos aseguran que el número de muertos es de 250, el semanario afirma, citando a fuentes competentes de Yola, que esta cifra está muy por debajo de la realidad. Según el periódico, cerca de 500 cadáveres han sido sacados del hospital para ser enterrados en una fosa común. El periodista añade que muchos cuerpos de musulmanes linchados por la multitud permanecen todavía sobre las calles de la capital del Estado de Gongola.Numerosos ciudadanos inocentes han resultado muertos al intentar salir del enclave en el que se han hecho fuertes los musulmanes porque, según el semanario, la poficía dispara contra todo lo que se mueve en tomo al barrio controlado por los maitatsine (nombre del fundador de la secta integrista, muerto en diciembre de 1980, jun to a más de 4.000 seguidores, en la ciudad de Kano -al norte de Nigeria-, en enfrentamientos similares a los que se libran ahora).

La situación es muy confusa en la ciudad de Yola, totalmente pa ralizada por los combates. El alimento es escaso porque los co merciantes han cerrado sus tiendas. Los militares han instalado campos de refugiados, en los que se albergan las personas que tienen miedo a volver a sus casas en los barrios afectados por los enfrentamientos. En estos campos ha comenzado a faltar el agua y el alimento, y las epidemias han hecho su apancion.

El semanario Sunday New Nigerian desmiente, por otra parte, que haya sido detenido el jefe de los integristas, Alhaji Musa Makaniki, que habría sido visto el pasado jueves en el enclave musulmán, armado con dos fusiles, insultando a los policías y amenazando con atacarles.

Es la cuarta vez que se produce en Nigeria un estallido de violencia del que es protagonista una secta musulmana que lucha por un islam africano, que rechaza al profeta Mahoma y todas las connotaciones árabes del islamismo. Cíclícamente, el norte musulmán del país se ve sacudido por una ola de enfrentamientos que, como ocurre desde hace ocho días en Yola, deja las calles llenas de cadáveres salvajemente mutilados con hachas o machetes.