1983 ha sido un mal año para la economía española, según Emilio Botín
Los accionistas del Banco de Santander aprobaron ayer, en junta general extraordinaria, los resultados de un ejercicio brillante. En 1983, el cash flow (beneficios más amortizaciones) del banco creció con respecto al anterior un 24,32%, y el beneficio después de impuestos, que ascendió a 10.091 millones de pesetas, un 10,82%. Emilio Botín, que calificó de muy buenos los resultados de la entidad que preside, significó que 1983 ha sido un mal año para la economía española y de triste recuerdo.
La afirmación de que el Banco de Santander "acepta y comparte" la política monetaria del Gobierno fue matizada por las fuertes críticas que los responsables del mismo hicieron al alto nivel de coeficientes, que tienen cautivos el 50% de los fondos de la banca, lo que representa una "nacionalización encubierta" y proporciona retribuciones inferiores a los tipos de mercado. El presidente de la entidad, Emilio Botín, admitió que el Gobierno ha afrontado con decisión algunos de los graves problemas de .la economía española y que la contención de la inflación y del déficit público, los planteamientos de la, reconversión industrial y la moderación salarial son ejemplos; de una política de realidades de cara a una posible reactivación de la economía española.Los resultados del Santander en el pasado ejercicio son Ios mejores de los últimos años", en palabras de Emilio Botín, hijo, vicepresidente y consejero delegado de la entidad. Éste recalcó la voluntad del banco de anteponer el saneamiento de la cuenta de resultados al crecimiento del pasivo, y que el objetivo del Santander no es el tamaño, sino obtener mayor rentabilidad.
El cash flow se elevó en 1983 a 29.395 millones de pesetas, con un crecimiento del 24,32% sobre el año anterior. El banco destinó 15.230 millones a provisión por insolvencia (un 43,77% más que en 1982), lo que supone tener asegurado "un 73% del total de los créditos morosos o dudosos".
El beneficio antes de impuestos se elevó a 13.976 millones, un 11,14% más que en el anterior. Deducido el impuesto de sociedades, el beneficio neto queda fijado en 10.091 millones, de los que 5.591,2 millones serán destinados al pago de dividendos y el resto a incrementar las reservas voluntarias.
El dividendo por acción se sitúa en 63 pesetas; de ellas, 55 han sido ya abonadas a cuenta y, las ocho restantes serán hechas efectivas en agosto. El presidente expresó la voluntad de completar la retribución del 15,68% a los accionistas con una "paulatina" revalorización este año del nominal de las acciones, de 400 pesetas, con el objetivo de llegar a las 500 pesetas.
Los resultados del ejercicio cobran mayor dimensión si se tiene en cuenta que, "a pesar de la disminución del ahorro a nivel nacional y de las altas retribuciones del pasivo hechas por otras marcas, el banco", según dijo Botín, "ha reducido sus costes financieros en más de cuatro puntos y aumentado la inversión crediticia en un 9,6%".
El consejero delegado desmintió todo interés de la entidad por el Banco Atlántico y, sobre el resto de los bancos de Rumasa, anuncié que la postura definitiva no se tomaría hasta conocer en detalle las condiciones de la reprivatización. Se mostró partidario de la exención de retenciones para los pagarés del Tesoro y consideró negativo el coste que para la banca representa la emisión de deuda para amortizar el agujero de Rumasa.
Los responsables del banco calificaron de muy beneficiosa para la entidad la compra realizada el pasado año de un paquete mayoritario de acciones de Electra de Viesgo y desmintieron que el Santander pueda optar a una operación similar con respecto a Hidroeléctrica del Cantábrico. La junta de accionistas facultó al consejo para emitir 30.000 millones de pesetas en bonos de tesorería.
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