Buena acogida de los partidos italianos a la reelección de De Mita al frente de la DCI

La reelección de Ciriaco de Mita como secretario de la Democracia Cristiana (DC) italiana ha sido bien acogida por las restantes fuerzas políticas del país. Los más complacidos han sido los socialistas, con quienes De Mita ha hecho las paces; pero también republicanos y liberales han mostrado su satisfacción porque el secretario de la DC ha defendido al actual Gobierno de centro-izquierda.La reacción de los comunistas italianos ha sido también sumamente prudente, sobre todo porque han visto en este congreso cómo el grupo de la izquierda democristiana, deseosa desde siempre de abrir un diálogo con el partido de Berlinguer, ha sido el más premiado en el Consejo Nacional, con 52 consejeros, seguidos a bastante distancia por los demás sectores: el de Andreotti, con 21; el de Piccoli, con 19; el de Fanfani, con 10, etcétera.

Los principales diarios italianos dedicaron también ayer páginas enteras a comentar el resultado del controvertido congreso democristiano. Un diario romano titulaba significativamente su información: "Del terremoto del congreso ha salido una Democracia Cristiana distinta". Lo cual no quiere decir que sea mejor.

Y esto porque muchos de los líderes históricos en realidad han salido derrotados, ya que sus huestes no les han obedecido. Las votaciones a mano alzada para nombrar el nuevo Consejo Nacional, órgano supremo del partido dieron al candidato de la mayoría Ciriaco de Mita, el 86% de los votos y sólo el 12% a su contrincante, Vincenzo Scotti. Pero, en el secreto de las urnas, los consensos para el adversario tocaron el 32%.

Ahoras las cartas se han mezclado. De Mita ha reconocido que ha tenido que pagar un precio muy alto a su voluntad clara de "acabar con las corrientes" y ha comentado horas después de su reelección que el congreso ha puesto de manifiesto, con mayor urgencia si cabe, que su partido no tendrá salvación si se empeña en continuar "con la vieja lógica del pasado". Ahora el nuevo secretario se encuentra entre sus manos con un mandato muy amplio, que el congreso le ha concedido, aunque a regañadientes, para meter el bisturí a fondo en la carnes de su partido. Un partido, ha dicho De Mita, que está aún vivo, "pues se queja y grita cuando se le pincha".