La batalla por la adquisición de Gulf Oil convulsiona al mundo financiero norteamericano
La mayor batalla corporativa en la historia económica de Estados Unidos está, según todos los indicios, teniendo lugar en estos momentos, con por lo menos una docena de grandes corporaciones, de dentro y fuera del sector energético, tomando posiciones en torno a Gulf Oil Corporation. Desde su cuartel general de Pittsburgh, Gulf ha anunciado estar manteniendo conversaciones preliminares con varias compañías, aunque sin dar un solo nombre.La menor de las míticas seven sisters, las siete hermanas, que dominan la industria petrolera mundial, hizo saber, la pasada semana, su disposición a considerar favorablemente una oferta de compra que le fuera formulada, lo que fue suficiente para que los expertos fijaran automáticamente el precio de la operación: más de 11.000 millones de dólares (1,65 billones de pesetas). Durante varios meses, Gulf ha resistido duramente un intento de control por parte de la también petrolera Mesa Petroleum Co., con base en Tejas, que bajo la batuta de su agresivo presidente, T. Boone Pickens, se hizo con más del 13,3% del paquete accionarial de Gulf y formuló recientemente una oferta por un adicional 8,1% de dicho paquete.
Sólo hace seis semanas, Gulf reafirmaba su voluntad de independencia, pero la semana pasada, tratando de evitar el enfrentamiento con Pickens por los votos de los accionistas de cara a la próxima junta general de mayo, Gulf intentó dejar fuera de juego a Mesa mediante la invitación pública a otros posibles pretendientes. Así, Gulf ha enviado documentación confidencial sobre su situación financiera a una docena de firmas, entre las cuales se encuentran al menos dos extranjeras. No todas pertenecen a la industria petrolera.
Las más importantes compañías norteamericanas del sector rehusaron comprometerse a mantener la confidencialidad sobre aquella información, descartándose, por tanto, como potenciales compradores, aunque podrían volver sobre sus pasos de forma inmediata. Hasta el momento presente, sólo Standard Oil of California (SOCAL) y Atlantic Richfield (ARCO), entre los grandes, han solicitado a sus respectivos banqueros el estudio de la operación.
Expertos financieros no descartan que la atmósfera de competencia creada en torno a la compra de Gulf pueda elevar sustancialmente el precio final, colocándolo en los 80 dólares por acción, con lo que la suma total se iría hasta los 13.000 millones de dólares. Una suma tan astronómica podría hacer mover al alza los tipos de interés a corto plazo.
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