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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El crimen y el error

Entre las declaraciones sobre el asesinato de Enrique Casas me han llamado dolorosamente la atención las efectuadas por el lendakari Garaikoetxea. Dice así: "Hay cosas que son peor que un crimen: son un error, y el asesinato de Enrique Casas es un error político incalificable, quienquiera que sea el autor".No hay nada peor que el crimen en un crimen, lendakari, sea de ETA o de los GAL, y, desde luego, este crimen ni es un error ni mucho menos un error político. Es la archiconocida forma de trabajar de ETA y su entorno desde un fanatismo nacionalista que, y esto es lo que realmente me preocupa, parece resultarles rentable de alguna forma a ustedes. Por eso pienso que el error político son sus declaraciones y, sobre todo, la actitud que me temo las subyace. Un amigo decía que en el nacionalismo vasco algo había de conflicto generacional: los abuelos fueron carlistas, decía; los hijos, del PNV, y los nietos, de HB. Sé que se trata de una simplificación, pero yo le preguntaría: en primer lugar, ¿por qué concede usted a la política un valor de rango superior a la propia vida de la gente, de forma que lo más grave de este asesinato le parece el error político? ¿No comprende que es precisamente la definición de cosas más importantes que la vida la base autojustificativa fundamental del terrorismo? Y además, no entiendo nada; o sea, que lo que ha ocurrido es que se han equivocado; otra vez, en otro asesinato o extorsión, podrán tal vez acertar, ¿no es eso?

¿Porqué insisten ustedes en no darse cuenta con todas sus consecuencias de que esta gente no quiere jugar el juego político de la democracia; que este asesinato, o cualquiera de los anteriores, lo único que indica es la intolerancia fascista de un sector de la población vasca, y que el programa KAS o cualquier otra historia no son más que una cobertura tan intransigente como ellos mismos? ¿Tal vez por conseguir los votos de alguna gente que, abrumada por tanta barbarie, se aleja del abertzalismo radical? Verán como, a la larga, descubren que no se gana a nadie con ambigüedad en cuestiones tan importantes y que no hay otro camino que convertir en realidad después de las elecciones el deseo de Xabier Arzallus: "Que el asesinato de Casas produzca el efecto de hacer recordar a las fuerzas políticas democráticas la lucha conjunta que protagonizaron contra la dictadura". Que así sea. /

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