La escuela de 'la Prospe'

En Madrid hay una veintena de escuelas como la nuestra, cuya actividad prioritaria es la educación permanente de adultos. Tratamos de llevarla a cabo a través de métodos participativos, no competitivos, creativos, críticos... que sean el fruto de un intercambio cultural permanente, en el que todos aportamos nuestras habilidades y conocimientos, y todos tenemos posibilidad de aprender. Somos centros autogestionarios y económicamente nos caracterizamos por la ausencia de lucro. Y somos también, por difícil que resulte en estos tiempos, centros culturales de barrio independientes de cualquier tipo de organización política o ideológica, municipal o estatal.La escuela de la Prospe lleva 11 años funcionando, en los que ha pasado por diversos locales. En enero de 1981 nos trasladamos a General Zabala, 10, bis, local que compartíamos con un colegio nacional. En septiembre de 1983 se fue el colegio y, de acuerdo con la Junta Municipal de Chamartín y el inspector de enseñanza, seguimos en él a tiempo completo.

Mas he aquí que, como buenos discípulos de don Quijote, "con la Iglesia hemos topado". Nuestro edificio es propiedad de la parroquia contigua, aunque el ayuntamiento lo tiene alquilado desde el año 1942 para desarrollar diversas actividades de enseñanza. Pero parece que a algunos curas, y también a su jefe, el arzobispo, les horroriza tener alquilado un local de su propiedad a un ayuntamiento de izquierdas.

De momento, por aquello de "dar de beber al sediento", nos han cortado el agua desde principios de enero, iniciando así una campaña de boicoteo que, como suelen atestiguar nuestros compañeros de la guardería Pulgarcito, de San Blas, no es ninguna técnica clerical nueva.

¿Qué hace mientras tanto el Ayuntamiento? Pues, la verdad, no lo tenemos nada claro. La posibilidad de uso de los locales ya es de agradecer y, desde luego, demuestra una mayor sensibilidad ética que la de los arzobispos y párrocos (quienes, además, o se niegan a recibimos o tratan con grosería a las comisiones que enviamos). Pero ya en abril de 1983 nos movilizamos para prever dificultades y, tras ser toreados durante unos meses por la burocracia, decidimos dejar en manos de la Junta este aspecto. A finales de febrero de 1984, todavía no sabemos qué es exactamente lo que pasa. ¿Tiene miedo el PSOE de chocar con la Iglesia? ¿Prima el electoralismo barato sobre el apoyo a la base popular? ¿O se trata solamente de que las cosas de palacio siguen yendo despacio? /