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Un democristiano 'gris', alcalde-presidente de Berlín Oeste

Eberhard Diepgen, un democristiano (CDU) de derecha, de 41 años, que ha pasado a ocupar el puesto de alcalde-presidente de Berlín Oeste, está considerado como un político gris, muy lejos de la talla de sus predecesores. La semana pasada, el nuevo alcalde, Diepgen, presentó su declaración de Gobierno ante el Senado de la ciudad y destacó "el liberalismo, cosmopolitismo y justicia social" como líneas maestras de su futura actuación política.Diepgen es un político de la generación del 68, pero del otro lado. Cuando estudiaba en la Universidad Libre de Berlín Oeste fue presidente de la representación estudiantil, y echado del cargo por los estudiantes de izquierda, entre los que empezaba a destacar el líder Rudi Dutschke. El nuevo alcalde de Berlín Oeste estaba afiliado a las tradicionales agrupaciones de estudiantes alemanes que practicaban la esgrima y los duelos, focos de los grupos más reaccionarios de la universidad.

En su carrera política, en las filas de los democristianos de Berlín Oeste, Diepgen se apoyó en un grupo de amigos de aquellas asociaciones de esgrima: la llamada Pandilla del Cemento, que lo aupó hasta la misma alcaldía de la vieja capital alemana.

Diepgen sustituye a Richard von Weizsaecker, que pasará el próximo 23 de mayo a desempeñar la presidencia de la RFA. Al lado de Weizsaecker, Billy Brandt, Ernst Reuter y otras ilustres figuras políticas que ocuparon la alcaldía de Berlín Oeste, Diepgen resulta un político gris en una ciudad que necesita siempre una personalidad destacada al frente de su Gobierno.

Diepgen llegó a su puesto actual "a base de asiento", dicen los conocedores de la política berlinesa, es decir, de maniobrar en la sombra durante años y crearse un grupo de adictos en las filas del aparato democristiano de la ciudad dividida.

Durante la declaración de Gobierno de Diegpen, la semana pasada, los diputados izquierdistas de la lista alternativa (AL) de Berlín Oeste mostraron su poco respeto por el nuevo alcalde, sacaron en los escaños gorros de dormir y simularon una siesta durante el discurso de Diepgen.

En Berlín Oeste está en tela de juicio el aparato judicial y penitenciario, que da muestras muy escasas de liberalismo en una ciudad que disfruta del calificativo de isla de la libertad. En los últimos meses una serie de escándalos y muertes deja en mal lugar el nombre de Berlín Oeste.

El refugiado político turco Kemal Altun, desesperado y temeroso de ser entregado a la dictadura militar turca, se lanzó por una ventana, durante su proceso de extradición. El tribunal reconoció hace días, después de muerto, que Altun tenía "derecho de asilo".

En la Nochevieja pasada ardió una celda de presos destinados a ser expulsados a sus países de origen, y seis de ellos murieron abrasados.

Durante los días del festival de cine, la ministra griega de Cultura, la actriz Melina Mercuri, organizó una sonora protesta en la puerta de la cárcel berlinesa de Moabit, donde el sociólogo griego Minas Kontos espera, desde hace más de 20 meses, la sentencia por la acusación de participar en una manifestación violenta contra el presidente norteamericano Ronald Reagan.

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