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Las alzas anteriores pasan recibo

Los especialistas están de enhorabuena, aunque no sea más que por la exactitud de sus predicciones. La jornada de ayer reunió todos los ingredientes que los operadores bursátiles estimaron como necesarios para que los mercados purgasen las fuertes alzas de sesiones pasadas. Bien es verdad que el reparto entre los diferentes mercados no resultó nada equitativo, y las realizaciones y las compras dieron como resultado unos avances y retrocesos distintos para los índices generales de las cuatro bolsas. La segunda sesión realizadora de esta tanda confirmó la firmeza de la anterior corriente alcista. La presencia del dinero seguía siendo importante, sobre todo para algunos valores destacados, que no tuvieron ningún problema para rebotar tras las bajas anteriores. Fueron precisamente los valores de los sectores industriales los que dejaron ver más claramente que reúnen una serie de expectativas que hacen que los inversores no consideren que han llegado a su techo. Químicas y constructoras dieron la sensación de tener todavía una capacidad de maniobra más que discreta, aunque aún hay que esperar algunos tanteos vendedores.

A pesar de la animación de los valores industriales, de la que no participaron ni los siderúrgicos ni los de alimentación, los mercados estuvieron sujetos a las tradiciones y siguieron dejando que el protagonismo quedase en manos de los tres sectores de siempre: bancos, eléctricas y comunicaciones.

De las valores eléctricos poco se puede apuntar que no sean elogios. La inversión parece haber detectado un importante mar de fondo en este grupo, en el que de vez en cuando se pueden escuchar algunos relatos sobre ampliaciones, dividendos y fusiones. Vuelven a sonar, como cantos de sirenas, posibilidades de OPAS (ofertas de adquisicion de acciones) maravillosas, y se efectúan con las empresas del sector toda suerte de combinaciones, que a veces recuerdan las carambolas del billar a tres bandas. Pero el caso es que los valores del grupo mostraron una notable resistencia a la baja, a pesar de la insistencia en tomo a algunos de ellos de las órdenes de venta. Otros, sin embargo, como sucedió con Hidrola, tras una férrea resistencia de compradores y vendedores a ceder en sus posiciones -en principio muy cercanas-, terminaron reconociendo la superioridad de una demanda que parece haber empezado a hacerse eco de una hipotética ampliación, de capital. En el caso de Iberduero, las realizaciones de beneficios y la denianda conformaron un precario equilibrio, que acabó incli nándose del lado de las primeras.

En el sector bancario, lo más destacado fue, junto a la disminución del papel a la venta, el impulso bajista que tomaron sus valores más representativos, y que resultaba un tanto inexplicable si se comparaba con el volumen que alcanzaron los títulos a la venta el día anterior. Hubo quien apuntó que parecían haber optado por recortar los precios en una sola vez para poder aprovechar la recuperación que se espera tenga lugar en fechas próximas.

Para hoy las cosas pueden rodar de forma parecida, ya que las realizaciones no parecen haber terminado y el dinero se muestra insistente. Las teorías de los gráficos conceden un día o dos más de deseanso antes de emprender una nueva subida. La realidad la hará buena o la archivará como una teoría más.

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