El ministro de Industria anuncia que todos los planes de reconversión quedarán orientados antes del verano

El ministro de Industria, Carlos Solchaga, expuso ayer ante varios centenares de empresarios el calendario de los planes de reconversión, que pretende estén todos orientados en el primer semestre de este año. Los asistentes a la reunión anual de la Asociación para el Progreso de la Dirección sobre Cómo ven nuestros hombres de empresa la economía española escucharon de Solchaga, según impresiones recogidas después, lo que esperaban oir: "Este año será clave para el ajuste estructural". Algo parecido dijeron luego sobre sus actividades los representantes empresariales, quienes vaticinaron un año más difícil que el pasado y mostraron mayor confianza en reducir costes y ajustar la oferta que en soluciones procedentes de la demanda.

Desde el ponente del sector público al del electrónico, que fueron, respectivamente, los que presentaron peor y mejor balance de 1983 y expectativas para 1984, ninguno de los nueve conferenciantes apuntó la posibilidad de aportar empleo durante 1984. El denominador común se centró en el deseo de ajustarse a la evolución de la demanda. Ésta la consideraron unos decreciente (construcción, textil y siderurgia); otros, prácticamente estancada o estable (alimentación, turismo), y el resto, altamente dependiente del comercio exterior.Al abrir la reunión, que proseguirá hoy con el análisis de otros grandes sectores y la presencia del ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, el titular de Industria y Energía dijo que, después de cuatro años de estancamiento, la producción industrial se recuperó en 1983 al aumentar un 2,75%, aunque la inversión sigue sin recobrarse.

"El año 1983, a pesar de ciertos signos esperanzadores", afirmó, "ha sido difícil. El de 1984, aunque se consolide la economía internacional, también será difícil".

Tras indicar que estamos en "el año clave para el ajuste estructural", porque se desarrollarán las políticas iniciadas en 1983, Carlos Solchaga expuso el calendario de la reconversión, que ha de quedar orientada en el presente semestre. El propósito gubernamental es terminar de dar salida a los excedentes y financiación en los cuatro sectores que necesitarán ayudas públicas durante un trienio por más de 700.000 millones de pesetas (siderurgia integral, aceros especiales, construcción naval y electrodomésticos), finalizar o reorientar otros procesos iniciados en 1982 (forja, semitransformados de cobre, equipos eléctricos, calzados y segunda fase del textil) y extender a otros siete sectores algunas de las medidas previstas para los anteriores grupos (bienes de equipo, fertilizantes, papel, electrónica de consumo, motocicletas, férroaleaciones y máquina-herramienta).

Solchaga presentó estos planes como "condición indispensable para que aumente la inversión y el empleo" en el futuro. Asimismo, calificó las medidas previstas en el proyecto del programa energético como "cambios para un cuarto de siglo", que garantizarán "los beneficios de las empresas y la privaticidad del sector eléctrico".

Cambio de discurso

En su ponencia ante la reunión convocada ayer en Madrid por la APD, el vicepresidente del Instituto Nacional de Industria, Julián García Valverde, omitió las críticas a la política monetaria que tenía previsto pronunciar, según el texto anticipado a los medios informativos."Somos", iba a decir García Valverde, "altamente escépticos acerca de la posibilidad de que, caso de seguir la política de control estricto de las disponibilidades líquidas, pueda conseguirse crecimiento alguno en la economía durante l984". Tampoco dijo, contra lo que tenía previsto, que "no es probable que aumente la inversión privada".

No obstante, el vicepresidente del INI manifestó que no hay grandes razones para esperar que este año se revitalice la demanda y calificó de "huida hacia adelante la esperanza en las exportaciones".