Telefónica e Iberduero sostuvieron el índice general
No se esperaba gran cosa de las reuniones de ayer. Existía una cierta curiosidad por contrastar la consistencia de -las reacciones de valores concretos, tales como Telefónica, Iberduero, El Águila o Vallehermoso, que habían cerrado la tanda anterior asumiendo papeles estelares. De los bancos, a lo máximo que se aspiraba era a que repitiesen sus precios anteriores y que el incesante flujo de papel que vienen allegando a diario no sufriese ningún incremento espectacular, y en el capítulo dé valores industriales las esperanzas resultaban aún más modestas, por cuanto los compradores de semanas anteriores parecían dispuestos a concederse un respiro.La realidad se correspondió, con bastante linealidad, con estos presupuestos, aunque limitándolos sensiblemente en los casos de Vallehermoso y El Águila, que veían frenadas sus respectivas carreras alcistas, perdiendo tres y cinco puntos respectivamente. En los círculos especializados se comentaba el curiosísimo comportamiento de los precios de las acciones de estas dos sociedades. Vallehermoso ofrecía un importante volumen de contratación el pasado viernes, coincidiendo con el punto máximo de su cotización, y sin que semejante transacción de títulos. fuera apreciada en el corro. Este fenómeno, aparte de ser curioso en sí mismo, desataba la imaginación de algunos asistentes a la reunión, a los que les salían a borbotones todos los rumores atesorados en las últimas reuniones. Recomendación de invertir en estos títulos por parte de algunos de los profetas especializados en exorcizar a los inversores extranjeros en general y a algunos teutones en particular; vertiginosa mejora de sus cotizaciones; cantos triunfales por parte de sus cuidadores; al final de este proceso, gran traca con fuegos artificiales y después el silencio y los tres enteros de pérdida ya apuntados, que representan prácticamente el porcentaje diferencial máximo autorizado en el mercado de valores madrileño. Recuerda demasiado -decían- a otros procesos similares en el pretérito próximo.
En cuanto a El Águila, parece como si en vez de tratarse de una empresa dedicada a la fabricación de cervezas fuesen las gaseosas el objeto social de su negocio. Tal es la poca estabilidad y fuerza que presertan sus evoluciones bursátiles. Con lobo o sin él, lo cierto es que ayer los supporters bursátiles del valor decidieron introducir un punto de emoción en su trayectoria, aunque no está muy claro si quienes han vuelto a ceder a la tentación de los rápidos beneficios prometidos hace muy pocos días serán capaces de apreciar el interés desplegado para evitarles el aburrimiento.
En cualquier caso, lo cierto es que el peso de las reuniones corrió a cargo de Iberduero y Telefónica, que sorprendían incluso a sus más incondicionales con unas mejoras realmente espectaculares, que bordeaban también los máximos autorizados. En el caso de la compañía eléctrica resultaba bastante complicado encontrar títulos después de hora, á pesar de los dos puntos y medio que separaban su precio de cierre del precedente. En Telefónica, el pistón comprador cedía un tanto, se oían algunos tanteos vendedores, y seguía la incógnita de si mañana continuará manteniéndose el flujo de órdenes de compra de extranjeros.
Casi 77,000 acciones representaba el saldo vendedor de acciones bancarias, donde sólo Popular presentaba una pequeña diferencia compradora, y Banesto descontaba las 14,38 pesetas de su dividendo a cuenta del pasado ejercicio.
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