Desalojo en un pleno municipal de Vigo ante las protestas de los vecinos por la subida del transporte

El pleno ordinario que celebró el martes la corporación municipal de Vigo hubo de terminarse a puerta cerrada, por orden del alcalde, Manuel Soto, ante el escándalo formado por las 800 personas que asistían al mismo, y que protestaban por la aprobación de la subida de tarifas del transporte urbano. Tres de ellas se negaron a abandonar el salón de sesiones y fueron desalojadas por la policía municipal.La sesión, de carácter ordinario, contaba en el orden del día con un punto que despertó gran expectación. Se trataba de informar favorablemente la revisión de tarifas del transporte urbano colectivo, que corre a cargo de la empresa pri vada Viguesa de Transportes, SA, (VITRASA).

La revisión de tarifas, según acuerdo previo firmado por el alcalde y varios corporativos con la dirección de la empresa de transportes, consiste en la creación de un bonobús para todos los usuarios por importe de 29 pesetas el viaje (dos menos que el precio del billete ordinario actual) y subida del billete ordinario a 36 pesetas. Para llegar a este acuerdo con VITRASA, el ayuntamiento se compromete a pagar anualmente a la empresa 18.400.000 pesetas, para que le sea rentable la implantación delbonobús.

Las asociaciones de vecinos habían manifestado previamente su disconformidad con estas nuevas tarifas. Al pleno acudieron numerosos vecinos y estudiantes de varios institutos de la ciudad, que suspendieron las clases para estar presentes en las deliberaciones. Cuando la corporación aprobó la subida se produjeron abucheos a los corporativos, por lo que el alcalde mandó desalojar la sala.