Sobre el 'Estado telemático'

Siguiendo el hilo de lo escrito por Román Gubern en El nuevo Estado telemático, me gustaría aportar nuevos datos. Me refiero a las opiniones del canadiense C. B. McPherson sobre el tema de la democracia electrónica. Gubern; apoyándose en F. Williams y, más concretamente, en la profecía de la Nación cableada (en la que "el voto telemático desde el hogar podría sustituir al actual Parlamento decimonónico por el referéndum electrónico instantáneo"), alude al inviable y utópico concepto de democracia totalmente directa y pluriparticipativa (con la que, aunque sin ordenadores, ya soñó Rousseau). Pues bien, McPherson, en La democracia liberal y su época, admite que es tecnológicamente posible "poner en todos los cuartos de estar un cuadro de mandos de computadora con botones marcados Sí/No", pero hace hincapié en que ello no es suficiente para poder hablar de la deseada democracia directa.Primero, porque la pregunta ya vendría dada y a los ciudadanos no les quedaría más que contestarla, pero en los términos en que ésta venía formulada. Luego, porque no todas las decisiones se adecuan a un referendo telemático, pues en muchas de ellas, sea cual sea la respuesta, aparecen nuevos problemas en cascada, y si, por ejemplo, la primera respuesta es negativa, nos podríamos preguntar quién se encargaría de realizar la selección de decisiones a someter o a no someter a continuación a referéndum.

Sintéticamente: la democracia electrónica tampoco sería tan directa y pluriparticipativa como superficialmente podría creerse. De lo dicho hasta aquí inferiríamos que "debemos utilizar la democracia indirecta, aunque no hace falta utilizarla en exclusiva". El problema es el de cómo hacer que los políticos elegidos sean responsables. O sea, que la tecnología electrónica no nos puede aportar la democracia directa. /