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VI Congreso Nacional de AP

Manuel Fraga será el indiscutible 'hombre de la derecha' cara a las elecciones generales de 1986

Manuel Fraga se conrigura como el virtualmente seguro candidato de la opción conservadora ante las próximas elecciones generales de 1986 -o de finales de 1985, según los datos que se manejan en Alianza Popular-, toda vez que en ninguno de los círculos consultados por EL PAIS se contempla la posibilidad de que surja una nueva figura que encabece la alternativa al socialismo. A esta ausencia de operaciones sustitutorías en los sectores de la derecha hay que unir el hecho de que el propio Fraga, en todas sus manifestaciones, se muestra dispuesto a seguir: "Tengo cuerda para rato", aseguraba en la última de las entrevistas que ha concedido.

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Líderes empresariales que representan posiciones diferentes, como el actual presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat, o el presidente de CEIM -y posible sustituto de Ferrer al frente de la patronal-, José Antonio Segurado, coinciden, en privado, en considerar que, en el tiempo que media desde ahora hasta 1986, resulta prácticamente imposible el surgimiento de una nueva personalidad que sustituya a Fraga.Medios cercanos a Ferrer consideran que "si se ha elegido a una persona para ser el líder, hay que apoyar a esa persona". Los mismos medios no descartan que, una vez que abandone la presidencia de la confederación empresarial; Ferrer pudiera lanzarse a cualquier operación de apoyo de una opción electoral conservadora, pero no a "aventuras personales".

Ello significaría que ya se ha remansado la inquietud suscitada en los más altos medios de AP tras el encuentro mantenido hace algunos meses entre Ferrer y el presidente del Partido Demócrata Popular, Óscar Alzaga. En el cuartel general aliancista de la calle de Génova se cree saber que, entonces, Ferrer habría sugerido la posibilidad de erigirse en jefe de filas de un bloque conservador para oponerse al PSOE en los próximos comícios. El propio Ferrer habría abandonado sus pretensiones en este sentido, vistos los escasos resultados de sus primeros sondeos.

Otros medios empresariales insistieron en que "no hay posibilidades de organizar nada serio en los próximos dos años que no cuente como figura principal con Manuel Fraga". Círculos bancarios consideraron, por su lado, que "sería suicida que algún miembro de la Coalición Popular, como algún sector del PDP, pensase en una maniobra disolvente", aunque añadieron que esa coalición, "en la que Manuel Fraga debe jugar un papel importantísimo, debe admitir que hay dos desafíos: uno es el modelo de sociedad -en el que no parecen existir grandes divergencias con partidos como Convergéncia Democrática de Catalunya o el PNV, por ejemplo- y otro, el modelo de Estado, donde es posible que la coalición debiera hacer algunas concesiones a los partidos nacionalistas". En cualquier caso, la opinión casi unánime parece ser la de que "pensar en una alternativa al socialismo sin Convergéncia i Unió y sin el PNV resulta extraordinariamente difícil".

Los encuentros Alzaga-Roca

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Pese a esta opinión generalizada, no se detectan operaciones de acercamiento hacia esas opciones, fuera de las que, con escaso éxito hasta el momento, realizan por su cuenta los democristianos del PDP hacia los hombres de Unió Democrática. Los encuentros mantenidos entre Alzaga y Miquel Roca -el último de ellos conocido, el pasado sábado en Madrid, en un hotel próximo a las Cortes- no parecen haber solventado, hasta el momento, una radical divergencia: Roca pretende arrastrar al PDP hacia su operación reformista, mientras Alzaga trata de convencer al tándem Roca-Garrigues para que se incorpore a los esfuerzos de "reequilibrar hacia el centro" la Coalición Popular.

Por lo que se refiere al PDP, por lo demás, todos los medios consultados estiman que, pese a los movimientos de despegue respecto de AP que continuamente realiza el partido democristiano, mantendrá su coalición con las huestes de Fraga cara a las elecciones de 1986, y que el presidente de AP será, como admite explícitamente el documento de estrategia pedepista, quien lidere la coalición.

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