Músicos españoles de carrera americana

El compositor barcelonés Leonardo Balada, que trabaja en la universidad de Pittsburgh desde 1970, y el director conquense Theo Alcántara, cuyas actuaciones se desarrollan principalmente en Estados Unidos, protagonizaron el último concierto de la Sinfónica de la Radio Televisión Española (RTVE), orquesta que daba a conocer en Madrid la obra de Balada Quasi un pasodoble, estrenada por López Cobos con la Filarmónica de Nueva York en noviembre de 1982.Quasi un pasodoble es música que cabría calificar de amena y hábil, ya que no me atrevería a juzgarla importante en el catálogo del maestro catalán. La españolidad de Balada se muestra en sus obras de manera constante, en la elección de temas (Sardana, Melodías catalanas), textos (Santa Teresa, Cervantes, Cela), homenajes (a Sarasate, a Casals), referencias históricas (Torquemada, Guernica), etcétera.

La composición ahora presentada es de intención similar, aunque más desenfadada, y consigue con innegable oficio que sigamos su desarrollo con la sonrisa en los labios, cosa lógica en un ejercicio para gran orquesta que tanto tiene de lúdico como de nostálgico y distanciado.

Reacción del público

El título es sugestivo, pero no se trata. tanto de hacer casi un pasodoble cuanto de tomar como excusa su métrica, su ritmo, su garbo, incluso la cita -fundamentalmente el popularísimo Valencia, de Padilla-, para hacer música según el sentir y el lenguaje actual del autor. Me sorprendió la reacción del público asistente tras la buena interpret ación: bastante fría para una obra con caracteres que tienden a la inmediata captación.

Theo Alcántara dirigió las tres obras con palpable conocímiento de las partituras y un gesto muy amplio, como preocupado principalmente por la precisión métrica, aun,en los pasajes de mayor levedad y delicadeza.

Consecuentemente, no fue la sutileza musical, sino la eficacia y el sentido práctico de su trabajo, lo que le valdría fuertes aplau,sos al concluir las interpretaciones tanto de Mozart como de Bela Bartok.