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Suave compás de espera

Los mercados de acciones nacionales parecen dispuestos a dejar en mal lugar a cualquiera que se atreve a establecer pronósticos negativos sobre su comportamiento a corto plazo. En la mañana de ayer, y a pesar de que aparentemente las condiciones objetivas parecían resultar bastante poco favorables ante una presencia notable de vendedores en los corros eléctricos, se consiguió enderezar el balance de la reunión, que terminó ofreciendo un curioso equilibrio en el índice de la Bolsa de Madrid, algunas mejoras en Bilbao y Barcelona y sólo el indicador valenciano reflejó un discreto repliegue.Y curiosamente ayer fueron los valores industriales, y más concretamente los de las empresas siderúrgicas, los patitos feos del mercado en la últimas reuniones, quienes se encargaron de tirar del mercado hacia arriba. Instancias interesadas en la evolución bursátil de estos títulos aprovecharon que la oferta se replegó, tras la insistente presión a que había venido sometiendo a este sector en las últimas jornadas, y provocaron algunas mejoras que fueron secundadas por algunos sectores de la barandilla siempre ansiosos de conseguir plusvalías rápidas en sus operaciones.

Posiblemente las características que presentan estos valores puedan ser calificadas de muy favorables para los amigos de los rápidos golpes de mano. El severo castigo que han venido recibiendo sus precios, junto con la aparente consistencia del mercado, les hacen, al menos en hipótesis, acreedores a algunos repuntes alcistas que son precisamente los que están sirviendo de estímulo a los compradores, pero que a la vez constituyen una fuerte incógnita para las posibilidades futuras de estos títulos. No en balde el índice particular de este grupo experimentó una sorprendente evolución durante el pasado año.

Con todo, el elemento casi constante de sorpresa entre los asistentes habituales a las reuniones bursátiles lo viene constituyendo la sorprendente capacidad de reacción de las eléctricas. Aunque en los primeros compases de sus corros contaban ayer con una evidente mayoría de títulos puestos a la venta que hacían flexionar discretamente sus precios a la baja, la situación se iba tranquilizando paulatinamente hasta el punto de que, una vez concluidos los perídos normalmente establecidos para contratar, se oían algunos voceos de tomadores de estos títulos. Ni por la abundancia de estas demandas ni por su cuantía se puede asegurar que vaya a cambiar la situación en las reuniones de hoy, pero lo que sí es cierto es que en menos de una hora habían variado, aparentemente, los planteamientos iniciales.

En el otro gran pilar del mercado de acciones, el grupo bancario, se pudo observar un descenso en los volúmenes compradores, aunque el saldo genérico continuaba todavía resultando comprador. El Central, con 31.501 títulos de saldo oficial compradoren el mercado madrileño, encabezaba las mejoras con un avance de tres pu,ntos. En en otro platillo de la balanza aparecía Banesto con algo inenos de 10.000 acciones como diferencia favorable a las ventas. Las repeticiones abundaron y en general se continuaba pensando que las propias entidades no resultaban demasiado ajenas a las propias posiciones que resultaban en el mercado. Por todas estas razones, los pronósticos que se avanzaban para las reuniones de hoy se decantaban por un discreto optimismo, no exento, de cautelas sobre todo si se mantiene la oferta de títulos eléctricos.

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