Firmeza en los cierres bursátiles semanales

Con redoblados bríos cerraron la presente semana las bolsas españolas, apoyadas en una sorprendente firmeza de los valores eléctricos, que consiguieron remontar las adversas condiciones que se presentaban al cierre de la reunión del jueves, y con un grupo bancario insospechadamente rejuvenecido que entraba a casi todos los balones que se le enviaban desde las inmediaciones de los vendedores, hasta el punto de que consiguieron consolidar, ante el fin de semana, su reciente vocación alcista.Los valores industriales continuaron llevando la peor parte en la fiesta diaria. Las realizaciones de los beneficios acumulados durante el ejercicio anterior continúan pesando sobre los precios de sus acciones. Por otra parte, y según algunas versiones, la menor convicción, o simplemente los titubeos, que desde instancias gubernamentales se están manifestando en torno a los planes de reconversión y reindustrialización del sector secundario de la economía nacional constituyen un fuerte freno a las ansias de los inversores.

Al parecer, la confirmación de la voluntad de la Administración socialista de forzar una baja en los tipos de interés en los activos financieros, del tipo de los pagarés del Tesoro, que resultan directamente competitivos con las inversiones en valores de renta variable, han representado un aliciente adicional para los responsables de las carteras institucionales, que ayer variaron algunos signos de sus órdenes anteriores y se encaminaron por las sendas de las compras, asumiendo el riesgo marginal, que por el momento, y siempre según estos sectores, resulta cómodamente asumible, de unas pérdidas generalizadas entre los valores punteros del mercado.

En cualquier caso, lo que sí resulta fácilmente constatable es el interés de los bancos por manifestar una tendencia en el precio de sus acciones claramente orientada al alza. La anticipación de alguna de las juntas de accionistas tradicionales, junto con la propia competitividad que se ha desatado en algunos de estos sectores por la presentación de sus resultados, que pueden volver a sorprender a más de un inversor por su magnificencia, hacen que el clima diario en el que se desarrolla la contratación de estos valores resulte marcadamente propicia.

Incluso el mercado de valores catalán, aparentemente el que mostraba mayores reticencias a asumir el buen momento bursátil que señalan los índices generales, tuvo ayer que plegarse a la tendencia general y expresar una diferencia positiva superior a un punto. El arbitraje entre plazas había funcionado menos al tratarse de un fin de semana, y los precios de los títulos contratados se vieron libres de una buena parte de las presiones que habían venido atosigándoles a lo largo de las últimas reuniones.

Para la próxima semana, anécdotas aparte, los especialistas manifiestan una cierta convicción en las posibilidades de que el mercado mantenga su trayectoria positiva, apoyado en los dos pilares fundamentales que resultan los valores eléctricos y los bancarios. No obstante, el punto de duda de estos sectores se establece a partir del momento en el que se puedan iniciar las realizaciones de las plusvalías acumuladas a lo largo de las últimas reuniones.