El Vaticano afirma que los horóscopos y las artes adivinatorias son contrarios a la moral
La arremetida que acaba de dar L'Osservatore Romano contra los horóscopos y contra todo tipo de profecías astrológicas ha servido a los 250.000 magos oficiales italianos para convencerse aún más si cabe de sus artes adivinatorias, ya que en un congreso internacional reciente habían ya predicho que el Vaticano "estaba a punto de excomulgarles". La profecía se ha cumplido sólo en parte, porque en vez de los rayos y centellas de la excomunión, lo que ha hecho la Iglesia ha sido inspirar un artículo del franciscano Gino Concetti, teólogo oficial del diario vaticano, en el que se afirma que tanto los que hacen horóscopos como quienes creen en ellos "pecan contra la moral católica", ya que dichas prácticas adivinatorias son, según el teólogo vaticano, "contra los principios revelados por la Biblia y contra el magisterio de la Iglesia".Y la condena abarca todo: "Horóscopos, quiromancia, cartomancia y otras cosas del género", escribe el diario vaticano. Según el padre Concetti, "la moral. cristiana amonesta no sólo a no creer en los horóscopos, sino también a no usarlos para no poner en peligro la fe y para no ofrecer ocasión de escándalo a los fieles débiles y no suficientemente formados, con el consiguiente peligro de debilitamiento del auténtico sentido religioso". Y no distingue el teólogo entre quienes creen en el horóscopo y quienes lo leen "sólo por curiosidad". En cualquier caso, dice el artículo, se trata siempre de "superstición" que un buen cristiano debe evitar.
Se trata de un artículo que ha tenido mucho eco en la prensa. Basta decir que el primer diario del país, Corriere della Sera publicó ayer la noticia en primera páginas a cinco columnas bajo el título: «jornada negra para los horóscopos: la Iglesia les condena".
Razones teológicas
El diario vaticano, por su parte, ha querido explicar incluso los fundamentos y razones teológicas en contra. Dice el artículo que el principio fundamental de la moral cristiana es que "el futuro del ser humano, como el de toda la humanidad en su conjunto, lo conoce sólo Dios". Y se pregunta: "¿Qué libertad nos habría dado Cristo si los seres humanos estuvieran bajo el dominio de los astros?".Pero los astrólogos, que en Italia, entre oficiales y diletantes, suman medio millón y facturan cada año unos 3.000 millones de pesetas, recuerdan que grandes personajes de la historia estuvieron a favor de la astrología. Así, San Agustín decía: "Para cada acción hay que escoger su día, porque la posición de los astros domina sobre todos los cuerpos terrestres". Y Goethe, que escribía: "Cuando vine al mundo, Júpiter y Venus estaban bien relacionados con el Sol y Mercurio no era desfavorable".
En el Vaticano ya ha habido quien ha desempolvado los libros de historia para recordar que en las crónicas del setecientos se cuenta que un astrólogo importante, Luca Gaurico, fue tan apreciado por el horóscopo que hizo al Papa, que éste le regaló una diócesis entera en la provincia de Bari.
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